ENTREVISTA CON LUZ VÍZCARRA

La ópera se ha visto como un arte que está cargado de estereotipos; un arte cuyo público pertenece a un estrato social específico y sus melodías se encuentran lejos de nuestra realidad. Aunque estos estigmas están lejos de la verdad, es cierto que es un arte al que no muchas personas se acercan. Sin embargo, desde hace más de cuatro siglos un gran número de artistas han decantado no solo su pasión, sino también su estilo de vida hacia ésta. Luz Vízcarra es una cantante de este género que, como tantas, se cruzó con su vocación después de haber terminado una carrera universitaria; es una mujer que también ha buscado mezclar las dos facetas que la componen; la de artista y la de educadora. 

‘’Cuando acabé mi carrera de Ciencias de la Educación y me rechazaron en el Instituto Mora por ser muy joven intenté ingresar a la ONU, pero se me negó el lugar porque mi perfil psicológico no coincidía con lo que ellos buscaban; me dolió mucho. Afortunadamente ese año mi hermana me invitó a formar parte de un coro de aficionados y desde ahí me enamoré del canto lírico’’, enuncia Luz antes de expresar su deseo de que todas las personas a quienes les han cerrado las puertas por cualquier circunstancia se mantengan en el camino, persistiendo. 

​La mezzosoprano ha encontrado una arista en su trabajo como cantante, pues también se dedica a luchar por los derechos de las mujeres, de las etnias y de la comunidad LGBTI+. Para ella ninguna de sus dos actividades principales se contraponen, ya que es gracias a la ópera que ha desarrollado un nivel de empatía por las personas, sus historias y los contextos en los que están inmersas y que, en muchas ocasiones, las hacen tomar caminos que podrían ser un poco complicados de comprender:

‘’Siempre tuve la inclinación de trabajar en pro de los derechos humanos. La ópera cuenta historias muy humanas. Si lo ponemos en términos contemporáneos el Ottone, personaje de la obra de Händel, es el stalker de nuestros días. La ópera muestra distintos conflictos: el del hombre con los dioses y su destino, el del hombre contra su igual y el del hombre contra sí mismo. El cantante es también unactor y cuando analizas los personajes dejas el juicio para empezar a entender su realidad sociohistórica, empiezas a generar empatizar con ellos.’’

​Durante la charla, Luz Vízcarra brindó ejemplos de cómo la ópera retrata muchos de los matices de un ser humano, de cómo está constituida la sociedad y de cómo estas historias, a pesar de haber sido enmarcadas bajo un esquema antaño, siguen presentes como parte de la condición humana. Habló de cómo en Carmen de Georges Bizet, el desprecio se decantaba sobre los gitanos por tener una cultura distinta a la suya; hoy son los migrantes, los indígenas y las personas cuyas expresiones culturales y físicas no corresponden a las de las sociedades hegemónicasy por lo tanto, se ven afectados. ‘’Tancredi, por ejemplo, habla de un hombre a quien le da la espalda su patria. Es algo que sigue sucediendo’’, comentó la artista al hablar de uno de los personajes que le causan mayor conmoción. 

​Además, ahondó en las feminidades y masculinidadesen este tipo de teatro musical; aseguró que, tal como la sociedad, en la ópera se ha vivido una persecución de las mujeres, ya que muchos compositores de ópera ‘’castigan’’ a sus personajes por su “perfidia” que, para Luz, no es más que la libertad y la decisión sobre su propio cuerpo. Tal es el caso de personajes como Musetta en La Boheme de Puccini y la misma Carmen. Asimismo, aseguró que para los hombres también es un problema ya que a muchos de lospersonajes masculinos se les prohíbe expresar sus emociones y solo los encasillan en estados extremos o irracionales como la ira. 

‘’Pagliacci narra un feminicidio… ¿por qué los hombres matan a las mujeres? Porque pueden, porque la sociedad no condena tanto a los hombres como a las mujeres. Y además para ellos hay un perdón social. Son más severos con nosotras, pues nos castigan, nos tachan de libertinas o de brujas; se nos da un final fatal. Carmen era una mujer libre con respecto a su cuerpo y a su época.’’

​Finalmente, la mezzosoprano que forma parte del Ensamble Tancredi y que ha participado en diversos concursos a nivel internacional dedicó unas palabras a aquellas personas que quieran dedicarse al arte, asegurando que estas profesiones son de gente terca y no de los que tienen todas las puertas abiertas:

‘’Hay que tener muchos sueños en la maletasi alguno no se te cumple puedes perseguir otro. En ocasiones te dicen mil veces no para que por fin te llegue un sí, pero siempre hay que cuidar nuestra salud mental, física y nuestra dignidad. Eso de que a los 25 años ya debes tener tu vida resulta es una mentira. Si alguien te rechaza no quiere decir que no seas bueno, hay que buscar otras opciones. Hay mucho más mundo del que podemos ver’’, concluyó.