ayaM
“No solo tenía marcas en el cuerpo, también tenía moretones en el alma…” dice Pepe José al darse cuenta, mientras ensayan, de las huellas que tiene sobre la piel Said Emmanuel —a quien todos llaman ayaM— uno de los bailarines, del grupo de baile folclórico del que es coreógrafo. La violencia intrafamiliar y la depresión en los adolescentes son una realidad en el país, una realidad que, aunque dolorosa, es importante mencionar desde la perspectiva de los afectados.
Con una dramaturgia de Luc Tartar, esta puesta cuenta, a través de distintos monólogos, las vivencias de un grupo de jóvenes dedicados a entretener a los turistas con una sonrisa en la boca mientras sobreviven a las agresiones que sufren día a día. ayaM, Dulce y Enrique —interpretados por, Jorge Fernández, Stephany Rivas y Jhovani Rosales— son quienes relatan estas vidas que Tartar dibuja en Yucatán, pero que bien podrían situarse en cualquier lugar del país.
El monólogo de Dulce —ejecutado de manera impecable por Rivas— es el momento más conmovedor; sintiendo, aún con una pantalla de por medio, cómo se quiebran sus ganas de sobrevivir y se llena de impotencia y de resignación por no poder siquiera cuestionar las agresiones que sufre. Sthephany junto a Jorge y Jhovani conforman un equipo tan unido que a pesar de la distancia se sienten cercanos a las emociones del momento.
La dirección de Boris Schoemann es un elemento clave para que los actores brillen, haciendo notar sus años de experiencia y las habilidades adquiridas durante este distanciamiento con los escenarios. Estoy seguro de que en cada función irán mejorando las técnicas para que se sienta lo más cercano al teatro como lo conocemos.
Es importante romper el tabú y hablar sobre la salud emocional en la población más vulnerable; en ayaM se logra hacerlo a partir de la mirada de los adolescentes. Según datos del INEGI, en 2017 la segunda causa de muerte entre personas de 15 a 29 años fue el suicidio. Al darles voz en proyectos como éste se abren nuevos canales que permiten la comunicación y con los cuales se puede tener una visión más amplia y lograr que las estadísticas disminuyan.
La propuesta nos lleva a reflexionar y sobre todo a empatizar con quienes nos rodean. Es una puesta en escena que esperamos regrese para que llegue a más gente.