Bony & Kin
El culto al antihéroe
Una pareja de ladrones asalta la Sala Novo con su mezcla de picardía y versatilidad se roban las miradas del público. Bony y Kin, interpretados por Gaby Rubio y Óscar Flores, respectivamente, narran la historia de los atracos que los hicieron famosos en un México plagado de peculiares personajes.
Cansados del anonimato que implica el robo a bancos, estos personajes, inspirados en los enemigos públicos número uno de los Estados Unidos en los años treinta (Bonnie y Clyde), deciden dejar de asaltar bancos para robar la cadena de hamburguesas más famosa de México. Sus nuevos crímenes les brindan la fama que deseaban. Bony y Kin aparecen en los diarios y noticieros más importantes del país y son adorados por los ciudadanos de la capital, quienes no pierden la oportunidad para obtener un autógrafo de sus bandidos favoritos.
Gaby Rubio y Óscar Flores no se limitan a interpretar a esta famosa pareja de bandidos, sino que fungen como narradores omniscientes de los hechos que se desarrollan alrededor de sus icónicos protagonistas. La versatilidad que manejan estos actores permite que la obra se dote de diversos personajes característicos del México actual: periodistas, esposos, cajeras, policías, detectives, políticos e, incluso, figuras pop contemporáneas.
A través de la relación que Bony y Kin tienen con la sociedad, esta historia hace una fuerte crítica al culto que se tiene actualmente por la figura del antihéroe. Lejos de reflejar valores y principios dignos de un país como México, los personajes principales encuentran la fama, y la adoración del público, gracias a los asaltos que realizan a mano armada.
Esta puesta en escena cuestiona a las figuras públicas del país (incluso al actual presidente) y, por medio de la comedia, evidencia sus defectos. Defectos que abruman a una sociedad que ve en Bony y Kin su válvula de escape a un diferente estilo de vida, tal vez no mejor, pero diferente.
La tesis de la obra radica en los factores que hacen que la gente destruya a sus ídolos y rinda culto a unas figuras que antes eran repudiadas. Bony y Kin fácilmente podrían servir como símil del narcotraficante actual: una figura obscura asediada por la fuerza pública, pero aclamada por la gente.
Otro punto importante que se desprende de la trama es la necesidad de trascendencia que tiene el ser humano. A pesar de que el robo a bancos les otorgaba cuantiosos beneficios económicos, Bony y Kin añoraban ser reconocidos, lo que los lleva a virar a un rumbo que definiría el resto de sus vidas.
En cuanto a recursos técnicos es importante resaltar el juego de luces que permite claras transiciones entre personajes y tiempos, lo que dota a la obra de fluidez y versatilidad. Las elipsis de tiempo son fácilmente detectadas gracias al exacto cambio de luces que transporta de escena a escena y de personaje a personaje.
Los diálogos recuperan la esencia de cada personaje cotidiano que interpretan los actores y genera empatía. La música swing y el sobrio vestuario utilizado logran trasladar al espectador a los años 30 y lejos de caer en anacronismos innecesarios, la obra logra una perfecta fusión entre unos ladrones de principios del siglo XX y la sociedad posmoderna en que habitan.
Los personajes se apropian de la escenografía y con el uso del espacio y la emisión de sonidos, logran transformar una mesa y un par de sillas en artículos cotidianos que se apoyan de sonidos ambientales que envuelven la sala. Todo esto es acompañado de coreografías que sirven como transiciones temporales y muestran la relación que existe entre los protagonistas.
Bony & Kin es una comedia imperdible que toma dos personajes icónicos de la cultura estadounidense y los coloca en el contexto del México actual, para hacer una crítica de las figuras públicas y los nuevos ídolos del siglo XXI. La mancuerna de Gaby Rubio y Óscar Flores aseguran al espectador un momento de diversión, risas, y, también, reflexión. Esta obra se presentará todos los martes del 03 de septiembre al 22 de octubre a las 20:00 horas en la Sala Novo.
- Elenco: Gaby Rubio y Óscar Flores.
- Dirección y Puesta en escena: Óscar Flores Acevedo.
- Producción: Liliana Huacuja.
- Iluminación y Sonido: Rocko Flores.
- Vestuario: SextoSol Producciones.