El misterio de la vida nos arropa como una vieja amiga en los momentos más internos con nosotros mismos y la juventud no está exenta de cuestionar su existencia, su pasado, su presente y recapitular lo vivido ¿Cuándo se es demasiado joven para morir? 

Campocorto es la historia de María, una adolescente de 16 años, y Lalo, de 18, que en pleno torrente de emociones y ‘primeras veces’ la muerte se hace presente. El nombre de esta obra de teatro se retoma de la posición del juego de béisbol considerada por muchos una de las más difíciles y dinámicas debido a su ubicación. 

Campocorto – La Capilla

Si la vida fuera un juego de béisbol, la adolescencia sería ese punto. Resulta ingenioso que los protagonistas sean aficionados de este deporte, tomándolo como escenario perfecto para poner sobre la mesa las complejidades de la juventud en crecimiento, liberar sus monstruos, miedos, secretos y verdades; abordando así, un tema del que no es fácil hablar: el suicidio. De acuerdo con datos de la OMS, cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo y entre los jóvenes de 15 a 29 años el suicidio es la segunda causa de muerte, después de los accidentes de tránsito.

Como parte del ciclo Teatro de los Estados, la compañía teatral El círculo-teatro muestra el trabajo de dirección a cargo de Cinthia Arrebola, la dramaturgia en manos de Alfonso Cárcamo y la pasión en el escenario de los jóvenes actores Michelle Arrebola y Eduardo Navarrete que en conjunto dan como resultado un mensaje sensible, honesto y transparente que invita a la reflexión acerca del suicidio a través de sus personajes que poseen visiones totalmente diferentes; Lalo una perspectiva pragmática y María envuelta en sus pensamientos.

Desde discutir si la vida es un juego hasta hablar de la sexualidad, la vergüenza, el miedo, los traumas, la violencia, el abuso, la amistad y por supuesto el amor forman parte de este cóctel de emociones desde una joven mirada. Con esto se logra un arco dramático que va del desconocimiento previo hasta el despojo de estigmas relacionados con los jóvenes y sin duda sobre quitarse la vida, sin hacer de sus preferencias homosexuales el centro de la historia. 

Con breves viajes al pasado, sus diálogos nos dejan conocer a detalle cada momento importante en sus vidas poniendo cada cosa en su debido lugar aceptando mediante reflexiones el impacto de nuestras acciones en la vida, llegando a concluir que tenemos el control de ellas hasta cierto punto sin olvidar que somos vulnerables al exterior, pero sobre todo con nosotros mismos.

La narrativa de la historia hace sincronía mediante una escenografía básica muy didáctica la cual los actores entienden para proyectarla como una extensión de su propio lenguaje corporal. Si bien el espacio físico de un teatro es inexistente en una función vía streaming, en Campocorto esto no representa una limitante, ya que es una historia sencilla para identificarte en la piel de sus personajes.

Con toques de comedia, realismo e imaginación Campocorto es un digno representante del estado de Yucatán dentro de la iniciativa de Teatro La Capilla para presentar proyectos que se realizan fuera de la Ciudad de México, demostrando que el teatro en este país está presente en todos los rincones y más importante aún, destacar la relevancia al hablar de estos temas para aquellos adolescentes que atraviesan momentos difíciles sin importar su condición de vida, preferencia sexual, posición económica o creencias religiosas.