En el lejano año del 2012, el mundo quedó intrigado con la ópera prima de un desconocido director llamado Josh Trank. La fortuna parecía sonreírle y fue el elegido para realizar el remake de Los cuatro fantásticos para 20th Century Fox, aunque el resultado se convirtió en uno de los fracasos más memorables de los últimos años. Durante cinco años, el joven director se dedicó a lamentarse y a maldecir al estudio que destruyó su visión. Ahora, está de vuelta con Capone, su nuevo largometraje. 

Capone es una película estadounidense de 2020, escrita y dirigida por Josh Trank y estelarizada por Tom Hardy, Linda Cardellini, Jack Lowden y Matt Dillon. La cinta nos presenta a un Al Capone de 47 años, que ha dejado la vida criminal en el paso y se encuentra perdiendo la batalla contra la neurosífilis. En medio de sombras y pesadillas, uno de los criminales más notorios de la historia tendrá que cabalgar hacia el ocaso tratando de reunir los poco recuerdos que le quedan.

Después de una prometedora entrada a Hollywood y una desastrosa segunda película, el mundo cinéfilo estaba expectante de cuál y cómo sería el siguiente proyecto de este realizador. Sin embargo, parece que con este filme se quedó corto de nueva cuenta.

La cinta es interesante desde el momento en que retoma a uno de los personajes más llamativos de la historia criminal norteamericana, así como la elección de un actor tan interesante como Tom Hardy para representar a dicho criminal, no obstante, nunca se le da demasiado con qué trabajar. La gran mayoría de los personajes (el protagonista incluído) son unidimensionales y no tienen variedad en su interacciones y objetivos.

La premisa tiene potencial; siempre es intrigante la historia de la estrella en extinción, sobre todo considerando que la “estrella” ganó su fama rompiendo todas las leyes escritas por la ley.  Y aunque la película trata de hacer algo atrayente con eso, nunca hay una trama real. Ninguna de las acciones nos lleva a algo, no es más que el acompañamiento que la audiencia hace a este hombre mientras pierde la razón.

El guión y la dirección tratan de jugar con la línea entre la fantasía y la realidad, para ponernos en los confusos y deteriorados zapatos del mafioso, y tal vez eso hubiera sido suficiente en manos de un cineasta más capaz, a pesar de ello, en este caso, nunca hace nada realmente cautivador o espectacular. No logra elevar a la cinta a donde debe llegar.
Para la mala suerte de Trank, Capone es una película que cuenta con un par de elementos interesantes, pero que nunca cohesionan en función de la producción como un todo, haciendo que su duración de 103 minutos se sientan como 150 y falla al presentar algo refrescante. Parece que de seguir así, el director estadounidense consolidará su fama como maravilla de un sólo éxito.