Capricho
Capricho, no hay una mejor palabra para definirla, la verdad es que con la constante lluvia de información que hay en la actualidad, prefiero ir en blanco a disfrutar una obra, de esa manera puedo permitirme experimentar y realmente poner atención a lo que tengo en frente.
Usualmente disfruto el teatro gracias a que la mayoría de los escritores y productores mexicanos quieren poner en alto el nombre de su país en cada una de las obras; lamentablemente siento que esto aún no se logra.
Los protagonistas nos cuentan la historia de Isabel, una joven que desde pequeña soñaba con ser una estrella reconocida a nivel mundial y que a lo largo de su vida se enfrenta con trabas para cumplir su sueño, pero ella está dispuesta a continuar, sabiendo que llegará a ser lo que está destinada a ser.
Mientras observaba la obra comencé a notar un extraño parecido con la obra ficticia Hit List de la serie de televisión Smash, no cuenta con todos los elementos, probablemente porque nunca se sacó la obra completa, pero cuenta con aspectos importantes que pareciera algo más que una simple fuente de inspiración:
- El nombre de la villana, “La Diva”,l no sólo es una gran estrella sino que es el modelo a seguir de la protagonista, o al menos hasta que le roba el puesto, además de la manera de introducir al personaje tiene gran similitud.
La diva en smash:
- El desarrollo del primer encuentro entre Isabela y el gran productor, en este caso hasta la escenografía es parecida.
La protagonista conociendo al productor:
En esta puesta en escena, la escenografía también funciona con la ayuda de pantallas:
Puede que todo esto sea una simple coincidencia, pero dejaré que ustedes hagan sus propias conclusiones. Si ven la obra seguro encontrarán más elementos que son parecidos.
La historia es uno de lo conflictos más grandes que tengo con Capricho, pues muchas cosas solo pasan… porque sí. No hay repercusiones, los personajes o el destino no ven consecuencias ante lo que sucede y ésto genera la carencia de profundidad en la narrativa.
Hay personajes que salen sobrando y no aportan a la trama, lo mismo sucede con algunas canciones que no sirven a la historia o a su progreso. Pese a que la mayoría de los números son un gran espectáculo no pude apreciarlas con detalle, los elementos sobrantes resultan demasiado distrayentes.
Además, me parece una burla, sino es que un insulto, que se use lip synch en un musical, pues escuchar cantar a las personas en vivo es parte de la experiencia. Y aunque no tengo los elementos para afirmar que hayan recurrido a esta trampa; es demasiado evidente como para no pensarlo.
De las actuaciones no puedo decir gran cosa, como ya mencione, las luces, burbujas, pirotecnia, bailarines, entre otras cosas, no me dejaron apreciar por completo la ejecución interpretativa. Aunque una parte importante de los diálogos se sentían forzados, en lugar de parecer una conversación entre dos personas, se sentían como monólogos.
La escenografía resultó el punto fuerte, las pantallas de led en las que se proyectan fotografías para recrear ambientes, lo dota de un atractivo visualmente interesante, pero el tiempo que se tomaban para girar y acomodar todos los elementos entre escena y escena entorpece y alarga la obra de manera innecesaria.
Con un elenco conformado por asombrosas estrellas como: Agustín Arana (Julián de la Torre), Ivonne Montero (La Diva), Luis Fernando Peña (Roberto Bárcenas), Omar Fierro (Gonzalo Caballero) y Melissa Galindo (Isabel Capricho), la obra se presenta en el Gran Teatro Moliére y estará hasta el 16 de diciembre del 2018 con los siguientes horarios: jueves 20:30 horas, viernes 21:00 horas, sábado 18:00 y 20:30 horas y domingo 16:00 y 18:00 horas.
- Gran Teatro Moliére
- Musical, Experimental
- Del 18 de octubre al 16 de diciembre de 2018.
- Dramaturgia: Rodrigo Vidal / Ricardo Díaz
- Dirección: Rodrigo Vidal. Dirección de escena: Ricardo Díaz.
- Elenco: Melissa, Omar Fierro, Alejandra Ávalos, Luis Fernando Peña, Alejandro Tommasi, Agustín Arana e Ivonne Montero como “La Diva”. Presentación de: Luis Caballero “El Potro”, Giuli Panvini y Luis Magaña.