El primer largometraje del director uruguayo Alex Piperno se caracteriza por ser una historia de realismo mágico en la que tres lugares y personas están conectadas con pasadizos secretos en forma de puertas. ‘Chico ventana’ es el único que conoce (o al menos acepta) la existencia de una puerta umbral en el sótano del crucero en el que trabaja, en contraste con Noli, la chica del departamento y los habitantes de una selva en Filipinas.

Chico ventana también quisiera tener un submarino es una película poco convencional, pues el director afirma que pretende romper cualquier precisión o la capacidad de comunicar, con la intención de ofrecer dudas y situaciones vagas a quien vea su trabajo audiovisual. El también poeta, comenta que no pretende generar relatos sino acontecimientos que construyan el interior de los personajes desde el exterior.

En su filmografía previa, podemos encontrar algunos cortometrajes como: La inviolabilidad del domicilio se basa en el hombre que aparece empuñando un hacha en la puerta de su casa (2010) proyectado en Cannes, que muestra un acontecimiento en siete minutos y con un solo plano; por otro lado ¡Hola a los Fiordos! (2016) indaga en la vida de distintos trabajadores de la cubierta de un bote/crucero, similar a los quehaceres de Chico Ventana.

Colectivizar la experiencia o vivirla en solitario

La coproducción Uruguay-Argentina-Brasil-Paí­ses Bajos-Filipina, primero se sitúa en un poblado selvático filipino en el que unos nativos del lugar descubren una construcción de cemento en los adentros de la densa vegetación, nadie sabe cómo llegó ese pequeño cuarto ahí e igual desconocen lo que hay dentro pues están selladas las posibles entradas.

El grupo de trabajadores colectiviza su preocupación y temor ante dicha construcción y entre todos vigilan el lugar mientras hacen distintos rituales para invocar a sus deidades para pedirles protección. 

Por otro lado, Chico ventana que trabaja limpiando un crucero mientras anhela las experiencias de los turistas, descubre que la puerta umbral del sótano lo lleva al departamento de una mujer que vive sola, situación que reitera su condición de espectador de vidas ajenas como en el crucero, quizá, aunque espectar la vida de Noli resulta una elección hasta que decide cruzar el umbral del espía y presentarse.

¿Final o inicio?: la ironía de una atemporalidad eterna

Experimentar lo desconocido en forma de pasadizos o distintas manifestaciones de magia pueden significar un temor colectivo ante las constantes desgracias que implica el cemento avasallador ante el verde del suelo, como con los trabajadores Filipinos, y por otro lado, cuando la cotidianidad en solitario es un bucle de similitud asfixiante y carente de emoción, la experiencia puede ser totalmente opuesta.

El largometraje surreal que nos ofrece dudas y una narrativa que atenta contra el tiempo y el espacio se proyecta en El 40 Foro Internacional de la Cineteca Nacional, consulta los horarios aquí.