La política resulta un juego apasionante de estrategia, donde no hay cabida para la dignidad aunque se aparente lo contrario. Se dice que en la antigua Roma, “la dignita” era un concepto aplicado a la forma de vida de los hombres, el cual cuando se perdía, el único camino que quedaba era la muerte. Retomando este concepto en el texto del dramaturgo Ignasi Vidal y bajo la dirección de Sebastián Sánchez Amunátegui, llega a Café K-OZ la obra Dignidad.

FOTO: Ofelia Correa

En ella se plantea una charla íntima entre dos políticos, pero sobre todo amigos, Francisco (Kerim Martínez) y Alejandro (Rafa Pineda), quienes ceden a los demonios del poder y poco a poco van destapando sus verdaderas intenciones. Lo que parecía en un inicio una simple plática, termina siendo una confrontación que los obliga a mostrarse tal cual son, más políticos que amigos.

Francisco quien será el próximo candidato a la presidencia por el partido político en el que milita, se cuestiona si en realidad está trabajando en beneficio del pueblo o solo para cumplir sus expectativas. Mientras que Alejandro, una de las cabezas de la institución, tiene bien definidas sus prioridades, el poder. Así, estos “amigos”, se dan cuenta que lo que en su juventud comenzó como una meta en común, llena de  aspiraciones; se ha convertido en un turbio camino de corrupción.

FOTO: Ofelia Correa

El montaje resulta un acalorado y apasionado encuentro entre la verdadera esencia de estos dos personajes, quienes pasan de ser corderos a un par de lobos que luchan por sus intereses individuales más que colectivos.  Kerim Martínez y Rafa Pineda realizan un gran trabajo encarnado a estos políticos que nunca pierden el carisma, la determinación y la sed de poder, que en la política se necesita.

FOTO: Ofelia Correa

Dignidad es una obra que representa la viva  imagen de la política mexicana contemporánea, y aunque en ningún momento se dan referencias directas sobre algunos personajes o situaciones; es muy fácil asociar escenas y actitudes de los hombres que nos representan ante el pueblo.Una puesta en escena que envuelve al espectador y lo hace parte de un momento íntimo donde el curso del país se decide. Dignidad arrancó temporada la semana pasada y se estará presentando por cuatro meses en Café K-OZ, en el corazón de Polanco, todos los fines de semana.