¿Alguna vez han sentido que la nostalgia se mezcla con el resentimiento? ¿Cuántas veces han jugado a ser víctimas? ¿Cuántas simplemente van por la vida con aires de superioridad? ¿Con qué frecuencia agarramos al toro por los cuernos, como dicen por ahí? Y cuando esos momentos de frustración o tristeza se quedan atrás, ¿qué historia es la que contamos?

Cuando el afamado Daniel Mantovani, comienza a llenarse de insatisfacción ante su cotidianeidad, su reconocimiento y éxito como literato recibe una carta desde su pueblo natal, Salas, Argentina. El recién galardonado premio Nobel recibe la invitación para participar en las actividades del aniversario del pueblo y con ello recibir el reconocimiento al Ciudadano Ilustre.

Aquel rincón argentino había sido fuente de inspiración pero también guardaba cierto desprecio por el lugar. La falta de ambición de la gente, la ignorancia, la pocas oportunidades, ahí nunca pasaba nada, en pocas palabras podría ser l descripción perfecta de aquel dicho “pueblo chico infierno grande”. Bajo ese contexto, su visita a Salas debía ser discreta.

Mantovani tenía más de cuarenta años fuera y su llegada era todo un acontecimiento, gente aclamando fotos, siguiéndole por la calle, queriendo ofrendar su talento con regalos o comilones. Gastón Duprat y Mariano Cohn, directores de esta historia titulada El ciudadano ilustre, retratan esa ambivalencia entre el orgullo y el resentimiento. También pone de relieve la hipocresía del ser humano, del arte, de las instituciones.

Como una comedia negra inteligentísima, la cinta emerge por su sinceridad al contraponer al pueblo con lo cosmopolita. Sin pretensiones ni metáforas complejas alude a esa parte que habita en todos nosotros: el chantaje y esa necesidad de siempre obtener una ventaja aún en los peores momentos.

El reparto y los directos llevan al espectador de la mano, sin incomodidades a un mundo donde no hay empatía con un personaje, la hay con todos, porque de cierta manera todos tienen buenas razones para hacer lo que hacen. Desde aquellas señoras aburridas con su vida que se emocionan con la llegada del escritor, aún sin haber leído una sola de sus obras, hasta aquellos personajes que reclaman la visita como el rompimiento del status quo de Salas.

El ciudadano ilustre también esconde su propio resentimiento: un reclamo a la ausencia de un nobel de Literatura para su país y para Borges. La película, que ha sido multipremiada, es una sátira que nos hace olvidarnos de aquellas sosas comedias castellanas. Además, la interpretación que hace Óscar Martínez de Mantovani nos hace entender que el cine Argentino tiene algo más que ofrecernos además de Ricardo Darín.

La fama no viene acompañada de la felicidad, ser la víctima no es tarea fácil, tampoco ser el victimario. Admirar o ser admirado, ser el que avanza o que se estanca, para que haya luz necesita oscuridad. Todas las frases son ciertas, pero como dice Daniel Mantovani hacia el final de la cinta: no hay una realidad, no existe una verdad, todo lo que hay son interpretaciones. Efectivamente, toda historia tiene más de una versión. ¿Cuál es el cuento que ustedes quieren contar?

  • El ciudadano ilustre
  • Argentina, 2016
  • Director: Mariano Cohn, Gastón Duprat
  • Guión: Andrés Duprat
  • Con: Óscar Martínez, Dady Brieva, Andrea Frigerio, Belén Chavanne, Nora Navas
  • Duración: 118 min.