Las puertas del infierno se han abierto y lejos de sentir el letal abrazo de las dantescas llamas, se padece el sofocante calor del juicio del semejante. Los círculos del infierno han sido sustituidos por unos cuartos ornamentados eclécticamente en donde los huéspedes fungen como víctimas y victimarios. El diablo ha cedido su lugar a unos seres más despiadados, crueles e inhumanos que él: nosotros.

El infierno somos nosotros es el título idóneo para condensar la obra en un acto del filósofo existencialista Jean-Paul Sartre: A puerta cerrada. En la adaptación libre de esta obra, dirigida por Ana Karen Alva Medina, se realiza un estudio a profundidad de tres personajes tan ajenos y a la vez tan indispensables el uno del otro para la construcción de su ser y la confirmación de la existencia a través de la otredad.

La trama versa sobre tres personajes que han sido enviados al infierno: Inés (Jimena Razo), Estelle (Guadalupe Sáenz) y Garcín (Pedro Fossas), quienes intentarán averiguar si el hecho de que estén juntos en el averno es algo premeditado o simplemente una cruel coincidencia. Estos personajes estarán condenados a vivir en un presente eterno y a añorar un mundo que sigue girando a pesar de que ellos están ausentes.

Esta puesta en escena cuestiona la génesis de los problemas que padece el ser humano e intenta demostrar que la misma se encuentra en el propio ser. La soledad es una panacea de imposible acceso y la convivencia con el otro un mal necesario que obliga a repensarse como ser. El manejo de las relaciones que se desarrollan entre los personajes, combinado con el uso de estridentes silencios, permiten que la trama avance sin que la tensión se rompa. 

La excelente construcción del ambiente aporta a la construcción de la psicología de tres personajes condenados a padecer el infierno de la compañía del otro sin oportunidad de tregua alguna. Así, cuando los colores cálidos gobiernan el escenario, los personajes se embriagan de ego, megalomanía y poder; cuando los tonos fríos conquistan el lugar, los personajes caen en un estado melancólico y buscan la confirmación del otro para ser.

El infierno somos nosotros está diseñada para que el público haga un cuestionamiento sobre su presente con el fin de que lo revalorice, a la vez que realiza una crítica a una sociedad actual que basa su existencia en la aprobación del otro y que se construye a partir de la evaluación arbitraria de la misma sociedad. Esta obra se presentará los días 15 y 22 de diciembre a las 18:00 horas en el Centro Cultural El Hormiguero, así como vía streaming por Boletopolis.