Por: José Domínguez

¿Qué tanto puedes lograr al hacer lo que te apasiona? Marcos Radosh interpreta un monólogo que nos cuenta la historia de Jeff, un actor recién egresado de Casa Azul quien llega a la compañía de teatro “Los cuenta contadores de cuentos”;  un colectivo que se dedica a llevar obras infantiles a escuelas de todo el país para contar, a lo largo de 186 funciones, el cuento clásico de Rumpelstiltskin -aquel en que un enano convence a una mujer de entregarle a su primer hijo a cambio de convertir paja en oro-. 

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En El Show debe continuar, la aventura inicia en una vieja combi con Jeff, un soñador irreverente; Mandie, una chica semi-vegana y el Viejo Murphy, aún más viejo que la utilería de la compañía. A lo largo de este viaje enfrentan los problemas propios de una gira con bajo presupuesto; comiendo en lugares asquerosos con mujeres de aspecto extraño; durmiendo en hoteles aún más asquerosos y aún más extraños. Además, tienen que soportar las peticiones de los indiferentes directores de escuela; niños llorando y jugando; los caminos peligrosos y la dureza del tiempo. 

Sin embargo, también existe el disfrute de los días soleados, los paisajes, los niños asombrados por tener actores en su escuela y las maestras “amorosas” con fetiches rumpelstiltskinlianos. Este unipersonal cuenta en escena con la utilería propia de una obra infantil: desde una combi de cartón, hasta un pliego de papel dorado ─cuyo significado se encuentra bien argumentado─. La interacción con el público logra, desde los primeros minutos, romper la distancia con el espectador y consigue un buen resultado; remontándonos a esos primeros acercamientos que uno tiene con el teatro.

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Marcos Radosh tiene un manejo completo del escenario y de su personaje: se sabe merecedor de su talento, lo acepta y lo comparte. Se le ve cómodo con cada uno de sus movimientos sobre las tablas. Cada personalidad interpretada por él se diferencia con gestos mínimos que funcionan. Su personaje tiene un humor que no cae en la exageración y logra tener una dosis conveniente de risas durante toda la función. Tiene una gracia especial para entretener al público y para hacerlo reír; acción que es tan difícil como necesaria en estos días.

Para resolver la pregunta con la que inicié este texto, cito uno de los diálogos de este hombre que soñó desde niño con ser actor: “Tal vez no voy a hacer una gran diferencia en el mundo haciendo esto, pero tal vez puedo hacer muchas pequeñas diferencias”.

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  • Dramaturgia: Jeff Leard 
  • Dirección: Eduardo Soto 
  • Elenco: Marcos Radosh  
  • ¿Dónde? La Capilla (Coyoacán). Sábados 19h del 7 de marzo al 25 de abril.