El Tercer Asesinato, de Hirokazu Koreeda, regresa a salas mexicanas tras su exhibición durante la 64 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional. La cinta cuenta la historia de Misumi, un hombre que ha sido sentenciado a pena de muerte tras ser acusado de homicidio. Shigemori, un exitoso abogado, tomará el caso en sus manos en busca de justicia.

El film se debate entre el género dramático y los matices de un thriller, pero no logra explotar ambas a su favor. Koreeda, quien nos habría acostumbrado a un cine lleno de hermosos fotogramas e historias conmovedoras cuyo eje motor era la familia, regresa con secuencias sombrías y un desarrollo narrativo débil.

De inicio, los giros dramáticos son escasos; se siente como una película intuitiva, es fácil para el espectador acertar en sus deducciones. Quizá se deba a que el meollo de El Tercer Asesinato no se encuentra en descubrir la culpabilidad o inocencia de Misumi, aunque la estética y, por momentos, el ritmo sugieran lo contrario.

Es hasta pasada la mitad de la cinta que las charlas entre Misumi y su abogado, Shigemori, nos llevan hacia la vereda de lazos sanguíneos en los que Koreeda suele moverse como pez en el agua pero el tiempo es escaso y la empatía apenas si se logra. Quizá la fórmula falló ante el rescate tardío de lo que parecía un personaje secundario: Sakie Yamanaka.

No les mentiré, el director japonés logra remover los sentimientos. Su mensaje final incita a algunos a la reflexión, no hay suspiros y las mejillas abandonan las salas completamente secas. El cuerpo no se incomoda como lo hiciera con De tal padre, tal hijo, Nuestra pequeña hermana o con Un día en familia.

Pero, bueno, ¡es Koreeda! Su cine siempre será mejor que cualquier comediante mexicano en pantalla, es mucho más reconfortante que todos los superhéroes en acción. El Tercer Asesinato puede no ser su mejor película pero si no tienen plan es una buena opción para resguardarse del intenso calor de este fin de semana.