Un sueño siempre está vivo

Hay personas que difícilmente pasan desapercibidas, Mikael Lacko es una de ellas; sus casi uno noventa de estatura, complexión medianamente robusta, piel clara, amplios ojos verdes y una vestimenta en su totalidad obscura refuerzan la firmeza de su carácter, cualidad que lo ha sacado adelante impulsado por los sueños.

“Los mexicanos nacemos donde se nos da la rechingada gana”

Cuando Mikael se instala definitivamente en México ya había recorrido parte de Europa, Estados Unidos y en algunas ocasiones México tomando talleres de actuación, pero no fue hasta que la convicción por un sueño lo hizo volar y dejar Argentina para después anidar en nuestro país.

Foto: Juan Ramón Hernández

Adopté esta patria y gracias a Dios ellos me adoptaron a mí, entonces soy feliz de ser mexicano por adopción 

¿Cómo te diste cuenta de que la actuación podría ser una profesión para ti?

La neta siempre había estudiado, pero la actuación era como un estilo de terapia para mí. En el momento en que realmente tomé una decisión de “me voy a dedicar a esto le voy a dar al 100%” fue hace como 8 o 9 años. Pero increíblemente siempre había tomado cursos en España, en Argentina, aquí en México, en Los Ángeles, pero nunca lo había visto como algo que me iba a dar de comer.

¿Y tenías una profesión si no te interesaba tanto la actuación? 

Sabes… hice tanta cantidad de pendejadas que yo creo que eso me ayudó a mí a hoy por hoy tener un back en el cual, si un personaje aparece sé como hacerlo, he hecho tanta cantidad de cosas que tengo mi sombrero ahí para meter la mano y buscar un chingo de profesiones que he hecho. 

Yo era muy observador, entonces hoy en la actuación me ayuda un chingo. El tema de la observación es lo más importante que hay, si tu observas detenidamente algo por mucho tiempo lo vas a aprender.

Al ritmo de una taza de café, del cual es casi adicto, Mikael no se anda con medias tintas, o es gris o blanco, no hay grises en su vida, porque considera que de esa forma las personas que se quedan a tu alrededor son las que valen la pena.

Foto: Juan Ramón Hernández

Allá en Córdoba

Nacido en Córdoba, Argentina su infancia la recuerda con mucho cariño ya que nunca faltaron las oportunidades para estar todo el tiempo en las calles jugando futbol con sus amigos, de hecho su equipo favorito de toda la vida es el Boca Juniors.

Toda tu infancia la pasaste en Argentina… ¿Cómo fue esa infancia, ¿dónde creciste?

Hay mucha gente que si viene de abajo le da pena decirlo, a mi no. Es muy loco como aquí te tratan como te ven, a veces me ven bien güero, pero yo soy de barrio, bien de barrio, yo viene de muy abajo; me echaron de 4 colegios por pésima conducta. Mi infancia fue muy feliz, a pesar de la falta de muchas cosas, pero no me puedo quejar, me gustó mucho mi infancia.

¿Qué que más recuerdas?

Mi grupo de amigos, unos acabaron bien, otros mal, pero recuerdo jugar en la calle hasta las 2 de la mañana futbol, hoy por hoy es raro, nos la pasábamos ablando pendejadas sentados en la acera. Esos son como de mis recuerdos más bonitos, la neta.

¿Cuándo eras niño que es lo que ves en TV, qué películas veías?

De niño veía muchas caricaturas, me gustaba mucho Garfield, Don gato y su pandilla. Viendo películas comencé de muy chico, crecí viendo gracias a Dios buen cine. 

Fue hermano mayor, quien me enseñó a cómo ver cine. Él veía películas, me llamaba, las veíamos juntos y eran películas para mucho más adultos, muchas cosas las entendí con los años. Mi hermano junto con mi hermana Patricia fue quienes me influyeron.

Mikael es el más pequeño de 4 hermanos, la diferencia de edad entre el primero y él es enorme que hasta bromea al decir que fue un preservativo que no funcionó.

¿Muchos años de diferencia? 

Muchos años de diferencia, no me esperaban. Más que un hermano era como un bebé de la casa. Es como ser hijo único porque todo el mundo está detrás tuyo, tus papás ya están cansados, entonces puedes hacer un chingo de pendejadas y te aguantan 

Tengo muchos conflictos con la autoridad, todo el tiempo, no me gusta ese rollo de que te digan que hacer, entonces eso influyó mucho.

¿Alguien de tu familia se dedicaba a la actuación o a alguna diciplina artística?

Mi mamá, mi mamá fue bailarina y en ese momento en Argentina cuando era joven presentaba artistas (como una presentadora) en teatros, y cosas así. 

Por la diferencia de edad nunca puede ver el ambiente de mi mamá, todo lo que yo supe fue por historias, de mis hermanos que me contaban. De hecho, cuando empecé a tomar conciencia mi mamá ya estaba mucho más grande, de hecho hoy tiene 75 años y yo tengo 34, imagínate.

Foto: Juan Ramón Hernández

Aquí en México

Hay algo del arte que realmente se debe de entender (es la visión que yo tengo), tú puedes enseñar una técnica, no puedes enseñar arte.

Al final del día la técnica está padrísima porque estas “seguro”, pero descubres mucho trabajando directamente en set, cuando llegas al negocio tienes 30 personas ahí esperando que lo hagas en ese momento, porque cuesta dinero, y un chingo, porque tienes que hacer tu chamba y al mismo tiempo hacer bien lo que haces, entonces esto se gana realmente como oficio. La actuación yo la veo como algo que uno siente y tiene que encontrar el camino solo, es muy complicado.

¿Cómo fue que llegaste aquí a México, tenías un proyecto, viniste a tocar puerta?

Literalmente viene a tocar puerta y esto es algo que me enorgullece, trabajo un tiempo de “carne” como les dicen aquí o edecán (risas), también trabajé de bar man, también… ese fue increíble trabajé en un bar gay sin playera, pero la verdad muy divertido, nunca me ha dado pena como ese tipo de cosas, no hay nada más bonito que tener un sueño, yo creo que un sueño como dice Tom Hardy: el sueño te abriga, el sueño te da de comer, el sueño hace que no te des cuenta si estás durmiendo en un pinche colchoncito y no tienes nada, pero estás en el camino y eres feliz a pesar de eso. 

¿Y qué soñabas en ese momento?

En el momento en que tomé la decisión es tener ese equilibrio, es decir: sí hago esto porque necesito dinero, pero también hago esto otro porque me llena el alma de una manera que otra cosa no lo haría y es encontrar un equilibrio ahí y realmente competir contigo mismo, es decir qué tan bien puedo llegar a hacer esto y que las personas capen y además les guste lo que tú haces. 

A la edad de 20 o 21 años llegó solo a la capital mexicana acompañado por un manager chileno, que después lo estafó, y con 60 dólares en el bolsillo alquila un llamado “cuarto de azotea” sin luz, ni nada más que para dormir. Pero tenía que ganar dinero, así que empezó a tramitar sus papeles para ser legal en el país.

“Fui muy muy feliz cuando tuve mi primer contrato un algo pequeño que saqué mi carnet de la ANDA, fui muy feliz en esos momentos” 

La primera vez que visitar un set de grabación fue en su primer trabajo formal como extra en una telenovela, ver todas las cámaras, luces e infraestructura quedó maravillado, él observaba todo. 

Yo soy de los actores que, hasta el día de hoy, y yo creo que no voy a cambiar a pesar d ellos años, me estoy muy poco en mi camper, me la paso mucho en el set, porque me gusta conocer a mis compañeros me gusta ver cómo trabajan ellos y hasta el director, el director de fotografía me gusta mucho ver todo el proceso.

¿Qué fue lo primero que te llamo la atención de México ya estado aquí?

México me sorprendió porque yo creo… como dijo Dallí: es el país más surrealista del mundo, en México vivimos con el narco, con un volcán activo, con sismos, con riquezas extremas y con pobrezas extremas. Yo cuando viene a México y vi toda esta variedad de cosas, la gente, la cantidad de puestos de comida en la calle y que todos funcionan, me preció un lugar fascinante, los colores, los aromas, la amanera de hablar.

¿Y qué fue lo primero que extrañaste de Argentina?

Sabes, la única manera de entender como es ser extranjero es siendo extranjero yo siempre lo digo, escucho a amigos mexicanos que hablan y dicen “no ma´ aquí está cabrón” y les digo, “wey, vayan a otro país y saber que no hay un respaldo de nada, no tienes a tu mamá, a tu papá a alguien si no tienes pa´ dormir”. Yo dormí en parques, me pasó en México en España, porque no tienes respaldo de nada, estás tú y tú y después tú.

Foto: Juan Ramón Hernández

Apasionado, perfeccionista, y más

¿Eres un apasionado?

Es mi obsesión, la palabra que yo usaría es obsesión 

¿Algún hecho que haya cambiado tu perspectiva sobre algo?

Si, sÍ uno obviamente evoluciona y yo quiero ir evolucionando, no solamente artista, sino qué tipo de persona quiero ser. Aquí conociendo a los actores, uno de ellos es mi ídolo: Joaquín Cosío que estuve con él en la película Matando, él se acercó a saludarme fue como “wow” que humildad que se acerque a saludar a alguien que no conoce. Entonces es el tipo de artista que quiero ser y persona al mismo tiempo. 

Sus referentes actorales los tiene bien definidos, por un lado, Joaquín Phenix por pero toda su carrera que la conoce a la perfección; Tom Hardy, Gary Holman son el tipo de actores que realmente siente que buscan una profundidad con cada uno de sus personajes y es a lo que aspira: siempre por más pequeño que sea el trabajo.

Te obliga a salir un poco de tu zona de confort, va a sonar muy controversial pero sí hay muchas personas en este medio que creen que actuar es cambiar un nombre en proyecto, y eso no es actuar. Estaría muy padre que en México hubiera más chance de salirse un poco de sus estándares normales y darles a actores arriesgados un poco más de chance, que al menos lo vean y sepan que las cosas pueden cambiar 

¿Qué le agregas tu a los personajes que interpretas?

Yo creo que la melancolía y la complejidad, siempre, me gustan mucho los personajes con dolor, el tono alegre me cuesta un chingo, yo soy más de humor negro. 

¿Qué no estarías dispuesto a hacer en un proyecto? 

Si te pones ese límite es complicado, al decir eso tienes el límite ya puesto. Si el personaje lo requiere estoy dispuesto a cualquier cosa. 

¿Y cuál es la cualidad más importante que posees?

Yo creo que es la observación y no me confió. En el momento en que empiezas a confiarte de que si eres bueno en tal cosa y ya no vas a crecer o evolucionar porque crees que eres super bueno. Otra sería el hecho de aprender siempre algo nuevo, siempre 

¿Y tú peor defecto?

(Pensativo) Mi peor defecto, (ríe) antes tenía muchos problemas de ira, ahora ya no, intento trabajar las cosas malas, antes tenía problemas de autoridad muy cabrones y de apoco fui aprendiendo a escuchar y no reaccionar tan visceral, sino de una manera mucho más inteligente 

¿Te consideras perfeccionista?

Sí, y eso puede ser una virtud y un defecto muy grande porque siempre estás buscando todo el pinche tiempo algo y se vuelve un dolor de cabeza. 

¿Si tuvieras la oportunidad de regresar a un punto de tu vida cual sería?

Mi infancia porque es el momento que puede ser el más feliz de tu vida porque no tienes responsabilidades reales. Tengo mucho cariño a esos recuerdos porque la vida era más simple…