El actor Luis Maya nos abrió las puertas de su casa —a través de una video llamada— para platicarnos acerca de su vida, sus metas, las anécdotas en su carrera y los sueños más grandes. 

“Todos tenemos el llamado cuando sentimos que nos palpita el corazón” dice Luis acerca de la experiencia que cambia su vida y lo hace tener en mente la actuación como un sueño. “Ojalá algún día pudiera yo actuar aquí” pensó cuando por azares del destino terminó frente a un escenario vacío recogiendo un martillo. 

“Les dije no voy a ser ingeniero en sistemas, no sé qué voy a hacer…no sé qué va pasar” fue la respuesta que les dio a sus padres cuando decidió dejar la licenciatura de Ingeniería en Sistemas. Tiempo después, gracias a un periódico Luis Maya encontró la convocatoria a las escuelas de iniciación artística de Bellas Artes, de la cual formó parte por 3 años hasta que ingresó en el Centro Universitario de Teatro. 

Respecto a los consejos para los actores más jóvenes, Luis afirma: “Si un actor no se conoce a sí mismo y no sabe quién es, es muy difícil ubicarse en esta industria”. Comentó también, es importante saber qué historias puedes contar para poder saber a qué mercado dirigirte. Estos también son parte de los consejos que él da en tu taller de Casting, en el cual prepara a los actores en este proceso al que tienen que enfrentarse. 

Luis, además, se encarga de seleccionar a las personas que van a darle vida a los personajes, para que la ficción se respete y que todos entremos en la convención de la historia. Por ejemplo, en José José, El príncipe de la canción, decidieron que el papel de Raúl Velasco —Uno de los personajes más icónicos de la televisión mexicana— le quedaba perfecto a él.

Le preguntamos ¿Cuál fue tu mayor logro? Y su respuesta fue: “Estar aquí, lo que tengo…son las cosas que he querido tener. No me ha faltado más, me siento contento con lo que tengo estoy muy feliz” Seguiremos escuchando hablar de Luis Maya por mucho más tiempo ya que con el “gusanito” de dedicarse a la dirección su carrera promete muchas cosas por delante y solo queda desearle todo el éxito a una persona tan ‘chida’.