Hasta pronto FIL Guadalajara
Los días pasan demasiado rápido, hace un par de meses esperaba con ansia el inicio de la Edición 30 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y ayer, 4 de diciembre la despedimos con tristeza y alegría, pero nos encontraremos a finales del 2017 para una nueva edición. Tendremos que esperar un año para volver a disfrutar de este maravilloso mundo llamado FIL Guadalajara, y es que ¿cómo no asistir a uno de los eventos literarios más importantes del orbe? ¿Cómo decir que no a posibilidad de formar parte de la Feria?
Pregunto ¿dirían que no a la presentación del nuevo libro de Maruan Soto Antaki El jardín del honor en compañía de Guillermo Arriaga? ¿a una charla sobre ciencia y literatura impartida por Pepe Gordon? o ¿rechazarían una plática con Francisco Hinojosa y Jis, durante la presentación de Migraña en racimos? Verdad que no, por esas razones dije que sí cuando mis editores Itzel y Yasser me propusieron escribir para Bogart Magazine sobre la FIL Guadalajara 2016.
Con el paso de los años disfruto más la FIL, es como un amigo con el que tomas cerveza y ríes una y otra vez de las mismas anécdotas; es un lugar donde se refugia la tribu literaria; ahí, las personas cuentan historias, se buscan con la mirada; es un espacio donde invariablemente te has sentado con nuevos y viejos amigos; por lo tanto se vuelve un espacio de encuentro y recuerdo. La FIL sin temor a equivocarme es parte del patrimonio de cada una de las personas que la han disfrutado.
Sí me cuestionan ¿Por qué esa necedad de asistir a la FIL? respondería que la Feria es libertad, crear, participar, contribuir, ser parte de un microcosmos que te necesita, que de alguna forma cuenta contigo y te convierte en parte de un todo; cuando la FIL termina y tienes que partir, te vas con más de lo que venias y en el mundo no hay experiencia que pueda compararse, el asistir a la Feria te cambia. Por todo lo anterior es que me gusta decir siempre sí a la FIL y sólo me resta decir ¡FIL Guadalajara no te acabes nunca!