De esposa despampanante de Jordan Belfort a supervillana y de ahí… a actriz. Con I, Tonya Margot Robbie se despojó de todo cliché que le rodeaba por su espectacular figura para demostrar que su talento va más allá de las pasarelas y que si del séptimo arte se trata, ella es capaz de llenar un papel con calidad histriónica; de paso, también dejó en claro que ella puede abrirse las puertas por sí misma.

A través de la productora que comparte con su esposo Tom Ackerley, con Josey Mcnamara y Sophia Kerr, Robbie llevó a la pantalla grande la historia de la dos veces campeona olímpica en patinaje artístico, Tonya Harding. A sabiendas de que el voraz mundo de Hollywood difícilmente le ofrecería un papel con la fuerza suficiente para sacar a flote sus dones, la joven actriz se empeñó en sacar adelante el proyecto de I, Tonya.

La cinta, bajo la dirección de Craig Gillespie nos recuerda al vertiginoso ritmo de Wolf of Wall Street. Probablemente, estamos frente a una simple coincidencia, o quizá la misma Margot Robbie logró colarse en la silla del director australiano para imprimirle a la película parte del sello que aprendió junto al maestro, Martin Scorsese. Así, cada pelea y cada coreografía en la pantalla funcionan como secuencias de acción en su esencia más pura.

Luego de que la patinadora, Tonya Harding, figurara en la prensa por el escándalo del ataque a su compañera Nancy Kerrigan y, posteriormente, por declararse culpable por obstaculizar el enjuiciamiento de los atacantes: su esposo Jeff Gillooly y Shawn Eckhardt; su historia de vida fue conocida por muchos. Sin embargo, la película logra evadir la trampa de un desenlace conocido al contrastar la fortaleza de su protagonista con la tragedia de su historia.

A lo largo de dos horas, el compromiso de todo el reparto se hace evidente. No sólo Robbie trabajó por el papel que seguramente empujará más lejos su carrera; también sus compañeros de set. Desde Sebastian Stan que interpreta a Jeff Gillooly hasta la encargada de interpretar a Harding en sus años de infancia, la simpática Mckenna Grace.

Pero, si hay un nombre que se debe resaltar junto a la ex Harley Quinn es el de: Allison Janney quien tras obtener el BAFTA hace unos días, se ha convertido en la favorita para el Oscar. Y aunque Robbie también hizo una extraordinaria labor, sus contrincantes le llevan años de experiencia, especialmente Frances McDormand y Meryl Streep quienes seguramente serán quienes disputen el premio por Mejor Actriz.

Como lo hiciera su compañero en El Lobo de Wall Street, Leonardo DiCaprio, es posible que la modelo y actriz tenga esperar otras nominaciones para llevarse la estatuilla al Oscar, pero su película I, Tonya representa por sí misma un triunfo para su carrera y también para el cine.

 

  • I, Tonya
  • Estados Unidos, 2017
  • Director: Craig Gillespie
  • Guión: Steven Rogers
  • Con: Margot Robbie, Sebastian Stan, Allison Janney, Bobby Cannavale
  • Duración: 121 min.