La edad de la ciruela es un texto de Arístides Vargas que narra la relación de dos hermanas Celina y Eleonora quien en el lecho de muerte de su madre comienzan a escribirse cartas con las que pretenden comprender su relación como hermanas, así como el rol que juegan las mujeres en su una familia podría definirse como un “matriarcado” pero que en realidad es un lugar donde el machismo se ha vivido tan de cerca que la ausencia de los hombres —física y emocionalmente—es una constante.

El elenco está formado por Azucena Acevedo y Carolina Villamil quienes le dan vida a las hermanas Celina y Eleonora, acompañándolas tenemos a Yunuenn Hidalgo quién está representando al espíritu de las mujeres de esta familia. El elenco se completa con Luis Arturo Rodríguez el encargado de musicalizar con su guitarra las historias de las protagonistas durante este viaje que tienen al pasado para redescubrirse. 

La dirección le pertenece a Marcela Aguilar, la responsable de poder ver esta versatilidad de los personajes mostrando —por ejemplo— a la versión joven de las protagonistas metidas bajo una mesa, usando su imaginación para jugar. O por ejemplo el momento en el que los dedos se vuelven parte de una narrativa que nos ayuda a comprender una situación más compleja. Otro de los elementos es la ausencia de calzado en los personajes que sirven de acompañamiento y que de esta forma se marca una diferencia entre el cuerpo y el espíritu. 

La puesta en escena no solo se puede disfrutar a través de la virtualidad, también se puede ver de manera presencial desde el escenario del Teatro La Capilla quienes son los encargados de arropar el proyecto que la compañía Proxemia Teatro trae para este mes de mayo. La edad de la ciruela brilla por la dramaturgia, pero las actuaciones son el elemento que los hace sobresalir. 

La obra se estará presentando durante los lunes hasta el 31 de mayo a las 19:00 hrs. una puesta en la que la reconciliación del pasado y el sanar las heridas que se han quedado abiertas desde generaciones pasadas va a ayudar a mejorar el presente de dos personas que aún buscan encontrar su propio espacio para poder volar.