Con una España bajo el yugo franquista como escenario, llega al Teatro Sergio Magaña La piedra oscura, una obra que pretende mostrar que ninguna dictadura es capaz de enterrar la voz de un artista. A través del diálogo entre un soldado y su prisionero se construye esta historia que demuestra que en el arte no existen bandos.

Rafael Rodríguez Rapún (Kerim Martínez) es un ingeniero que despierta, sumamente herido, en un hospital militar, custodiado por un joven soldado (José Manuel Rincón, alternando con Jonathan Persan) que utiliza su rifle como dique de sus sentimientos. El ingeniero tratará de saber cómo es que llegó a ese lugar, quién es ese niño que lo está vigilando y por qué es parte de una guerra fratricida; resignado a morir por sus ideas, intentará convencer al soldado para que busque y publique unas obras y poemas de un amigo y amante, un tal Federico García Lorca (Jhovanni Raga), asesinado un año antes.

Foto: José Luis Gutiérrez

El espíritu de este insigne escritor español rondará la celda en la que se encuentra su gran amor encerrado, recordará su historia y deleitará al público con su poesía eterna. La puesta en escena, con tintes biográficos, narra la relación amorosa que vivieron Lorca y Rapún así como las aventuras vividas con su grupo teatral La Barraca. Esta obra prescinde de una gran escenografía para mostrar las condiciones austeras en las que se encontraba el prisionero y el vacío que éste siente al ser presa de un régimen fascista.

El peso de la historia recae completamente en el diálogo que lleva al espectador de un ríspido encuentro entre dos personajes antagonistas, a la evocación de una España que cayó en el caos. Si bien el movimiento de los personajes es casi nulo, las emociones y los sentimientos emanan de los labios de sus personajes.

Foto: José Luis Gutiérrez

Dos temas principales salen a relucir en La piedra oscura, el primero de ellos se muestra en el joven y temeroso soldado que apenas puede sostener un arma que probablemente jamás ha disparado. A través de este personaje se hace una fuerte crítica a la guerra y lo absurdo de ésta; funge como símbolo de todos aquellos niños que son arrancados de los brazos de su hogar y obligados a pelear en un conflicto por un objetivo que ignoran y contra un enemigo que no conocen.

El segundo aspecto es la importancia del arte como grito de libertad y eternidad tras la muerte. Federico García Lorca pudo haber sido asesinado, pero su obra, su legado y su voz siguen vigentes aún después de la caída de Franco. La relación amorosa que sostuvo García Lorca con Rafael es el punto neural de la obra, un homenaje al poeta y dramaturgo español que tuvo que esperar casi un siglo para que su historia de amor pudiera ser apreciada.

Foto: José Luis Gutiérrez

La piedra oscura es una obra contemplativa en la que el público debe estar dispuesto a dejar volar su imaginación y viajar a los lugares que los personajes evocan; sin duda una mirada a los clásicos que no se pueden perder pues ésta es la última oportunidad de verla antes de que se despida de los escenario. 

La piedra oscura se presentará los viernes a las 20:00 sábados a las 19:00 y domingo a las 18:00 horas hasta el 17 de noviembre de 2019 en el Teatro Sergio Magaña.

Foto: José Luis Gutiérrez