Capítulo 1. Nacimiento

Como un laboratorio escénico que en combinación con investigación documental derivó en pequeñas historias, anécdotas e imágenes mentales fue como La vida de Roth vio la luz.

La puesta en escena no nació en cuna de oro, ni contó con padrinos acaudalados, en cambio tuvo el privilegio de tener un grupo de padres que contribuyeron en su formación. Entre sus progenitores figuran Héctor Iván González, Emmanuel Lapin, Jesús Cruz y Ari Albarrán, quien también debutó como productora de la obra. 

Gestada y planeada con curiosidad, inquietudes y mucho amor La vida de Roth se acurrucó en los brazos de su director, Gerardo del Razo. En el escenario su elenco conformado por Héctor Iván González, Emmanuel Lapin, Carolina Berrocal (alternando con Ari Albarrán), Esteban Caicedo y Guillermo Revilla le dan forma todos los jueves, viernes, sábados y domingos en el Centro Cultural del Bosque (hasta el 22 de septiembre). 

Foto: Itzel Noguez

Capítulo 2. Voces

Gerardo del Razo platicó sobre el proceso creativo y su decisión de dar vida a un personaje que representara a aquellos que suelen tener poca visibilidad.  “La premisa para unir el trabajo fue hablar de personajes de segundo plano. El teatro siempre habla de personajes grandes, extraordinarios, ejemplares; habla de llevarlo a las últimas consecuencias y yo quería hablar de gente más común”, confesó.

Así, Roth, se convierte en la figura de la gente que “entra por la puerta de atrás”; es la representación de muchas voces que comúnmente son invisibles, que omitimos, que se han vuelto poco relevantes en nuestra sociedad, pero que nos dicen mucho sobre ella. 

Foto: Itzel Noguez

Capítulo 3. Movimiento

La puesta en escena recurre a lo coreográfico, cuenta con una extraña y funcional fusión de elementos como máscaras, danza, audiovisuales y otros recursos que la hacen ser dinámica. La historia fluye a un ritmo ágil pero no vertiginoso. Del Razo logró un mix donde todo se siente necesario para la narrativa. 

“A mí me interesa mucho el movimiento desde hace ya un par de montajes. Más allá de que la gente entre a escena  y hable me gusta que la gente se mueva. Hay más verdad en el cuerpo que en los discursos, por eso quería un movimiento coral.” 

Foto: Itzel Noguez

Capítulo 4. Dolor

Para Gerardo del Razo, la puesta en escena es una pregunta de todo aquello a lo que aún no encuentra respuestas. Inspirada en una mujer con la que el director  tenía una amistad y relación familiar, La vida de Roth explora heridas sociales. 

El abuso, el engaño, la violencia y otros temas con los que convivimos todos los días se hacen presentes desde las particularidades. La vida de Roth es un proyecto que se siente personal para su producción, pero el espectador también conectará para sentir el mismo dolor que ella, que las mujeres, que la sociedad, que todos…

Foto: Itzel Noguez

Capítulo 5. Ser humano

El ser humano, considerado el más poderoso, inteligente, hábil; el que a diferencia de otras especies goza de raciocinio y aún así seguimos siendo seres vulnerables, a veces hasta insignificantes. La obra llega a recordarnos esta premisa, no en tono de pesimismo, sino como una guía para reevaluar nuestro lugar en el universo. 

“Los planetas son como las personas. Pensar en el cosmos, me conmueve, me hacen sentir pequeño e insignificante. Siento que nuestra vida es muy minúscula, más en un país como éste, donde personas mueren todos los días y parece que la vida no vale nada. Se le deja de dar dimensión a la vida” detalló nuestro entrevistado, Gerardo del Razo. 

Foto: Itzel Noguez

Capítulo 6. Silencio 

La obra avanza y de pronto, sin darnos cuenta, Roth se convierte en todos nosotros, ya no estamos lejos de ella, su vida nos deja de ser ajena. Millones de personas, miles de circunstancias, cientos de escenarios, docenas de butacas y una historia cruel. Los pensamientos llegan a los espectadores ¿por qué a ella? ¿por qué a los buenos? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Al llegar la escena bisagra, cambia el rumbo de la obra. Las desgracias siguen cayendo sobre Roth, es brutal, hay un cambio de tono en la historia y en las butacas se apagan las risas producto del humor negro que imperaba. El silencio se apodera de la sala. Cada segundo es más y más doloroso. Uno que otro suspiro rompe el silencio, uno que representa impotencia, miedo, terror…

Foto: Itzel Noguez

Capítulo 7. Ciclos

Roth continúa su paso por este mundo porque no hay manera de detenerlo. Su historia fue escuchada, se ganó la empatía y simpatía de su público. El humor negro mitigó el golpe, pero el estómago sigue con una sensación de vacío. Las luces se apagan, comienzan los aplausos, La vida de Roth termina su función, pero las historias continúan su rumbo y a casa nos llevamos la silueta de una sonrisa en el rostro, la necesidad de esperanza por un mundo mejor y en nuestra cabeza muchas reflexiones.