Fotos: Ofelia Correa

Deseo, lujuria, estoicismo y… abuso, son temas que la actriz, directora y traductora argentina, Mónica Maffía, presentó en su puesta en escena unipersonal La Violación de Lucrecia. Basada en el poema homónimo de William Shakespeare (traducido por la dramaturga), la obra, presentada en el Teatro La Capilla, relata el hecho histórico, preludio de la caída de la Monarquía romana y el posterior establecimiento de la República.

Lucrecia, mujer pura, casta y de comportamiento ejemplar, es violada por Sexto Tarquinio, hijo de Lucio Tarquinio rey de Roma. Ante la vejación sufrida, Lucrecia decide quitarse la vida, clavándose una daga en el pecho para así limpiar su mancillado cuerpo, no sin antes hacer saber a su esposo, Colatino, y a su padre, quién fue el perpetrador del crimen. El cuerpo de la mártir es expuesto en la ciudad de Roma y el enojo de la población anticipa la decadencia de la monarquía.

Mónica Maffía interpreta excelsamente a los personajes principales del relato (Lucrecia, Tarquinio y Colatino) apoyada de un juego de luces que subrayan las características internas de los personajes. El rojo cálido se presenta cuando Lucrecia lleva a cabo su soliloquio, demostrando la pureza e inocencia de la mujer, pero este rojo se trastorna en sangre cuando se experimenta la escena de la violación. A Tarquinio lo acompaña el azul, muestra clara de su frialdad y ateste de los oscuros sentimientos que guarda en su interior.

La falta de una escenografía ostentosa se resuelve a través de los versos que recita Maffía, evocando lugares lejanos y adentrándonos a un ambiente asfixiante del que ni Lucrecia ni los espectadores pueden escapar. Los movimientos y la expresividad que ostenta maleable cuerpo de la dramaturga argentina que llega al paroxismo, logran que la escena de la violación, punto álgido de la obra, toque fibras sensibles sin necesitar más que un personaje.

A través de la lectura de este famoso poema shakespeariano, ornamentado con el patetismo que la dramaturga imprime a su voz, el juego de luces cambia tan pronto como ella sufre una metamorfosis y la música sirve como refuerzo de la psicología el personaje en turno; Mónica nos interroga ¿Lucrecia murió o después de más de mil años reencarnó en una sociedad en donde la vejación a la mujer y la impunidad de este hecho es pan de cada día?

Mientras la obra transcurre y las palabras del poema emanan de los labios de Maffia, una botella de licor se consume lentamente, como la vida de Lucrecia, aquella víctima de uno de los crímenes más graves que puede sufrir una mujer. La botella de licor no se acaba cuando fenece la obra, metáfora de la violencia que hasta nuestros días sufre la mujer, violencia que se encuentra dentro de una botella que, al parecer, no tiene fondo.

Mónica Maffía impartirá el taller Técnica y apropiación del monólogo shakesperiano con lectura dramatizada, del 22 al 24 de enero del 2019, de 10:00 a 14:00 horas, que albergará el Teatro La Capilla. Asimismo, se presentará en dicho recinto el 25 de enero con su obra unipersonal Helena, la suma de los males, a las 20:00 horas. ¡No se lo pierdan!

  • Dramaturgia: William Shakespeare.
  • Traducción y Dirección: Mónica Maffía.
  • Actuación y puesta en escena: Mónica Maffía.
  • Música original: Ricardo Vergani.