Tercera llamada regresa con Las chicas de tres y media floppies. De nueva cuenta el Teatro la Capilla no abrirá el telón y las luces no se apagarán. A través de una transmisión en vivo donde este equipo creativo exploró nuevos campos para la actividad teatral, buscando conectar con el público que espera detrás de su pantalla a que los anfitriones activen el micrófono y sintonicen la imagen para apreciar una historia. 

El teatro siempre ha sido dependiente de distintos soportes que ahora permanecen guardados para darle paso a otro modo de encontrarnos. Carol Borkan y Andrea Méndez fueron las actrices que prestan su cuerpo para la interpretación de dos mujeres que no tienen más que el fino y complicado propósito de estar. La dirección se encuentra a cargo de Boris Schoemann y la dramaturgia a manos de LEGOM.

Esta es una historia entre dos mujeres que no tienen nada que ofrecer pues lo que tenían se ha esfumado. Se han perdido en un mundo de vicios y se encargaron de exprimir cada partícula para sacar ventaja de las personas que les rodeaban. Ya no les queda otra cosa sino a ellas mismas.

Es una amistad en la que imperan las aventuras, los chismes y las burlas. En la que existe una interminable competencia por saber quién tiene el mejor argumento que logre aniquilar a la otra y en la que, cuando el diálogo entre ellas parece tener el único objetivo de herirse, aún encuentran alguna palabra que las lleva sobre un camino nuevo; una palabra casi invisible que guía a otro tema de conversación, rescatándolas del silencio. 

Las anécdotas que hablan de la perdición y que cuentan las aristas de su propia ruina utilizan tintes de ocurrencia, provocando que la ligereza y despreocupación de estos dos personajes ocasionen risas en las espectadoras y espectadores que tienen como única vía de atestiguación las pantallas de sus dispositivos. 

La actuación se moldea en un formato desconocido para lograr transmitir la esencia de dos humanos que no representan más que eso: dos almas que, así como ellas, llegarán otras; que tampoco tienen algo a lo que aspirar, que también dejarán un vacío que pronto otros dos cuerpos no tardarán en ocupar. 

Cabe destacar que las jornadas en el Teatro La Capilla continúa a través de portales digitales para ofrecer teatro a quienes desean acceder a su oferta sin importar los kilómetros de distancia que los separe de la Ciudad de México.