Un año donde los grandes maestros brillaron por su ausencia, a excepción de Ken Loach, la lista la componen cineastas jóvenes, propuestas sorprendentes que sustituyen experiencia por pasión.

Aquí, las mejores películas del año para Bogart Magazine…

 

Arrival

Quién dirige: la mente maestra detrás de Prisoners o Enemy, Denis Villeneuve.

Por qué: En un terreno donde grandes artistas han incursionado y fallado (el espacio, la vida en otros planetas y sus misterios), Villeneuve ha encontrado un inquebrantable equilibrio entre filosofía, fascinación y conocimiento. La poesía del universo jamás fue tan satisfactoria. Mientras que Kubrick fue pretencioso, Tarkovski aburrido, Cuarón frió y Nolan absurdo, el canadiense supo mantener en sintonía su corazón y mente durante su filmación.

Después de la Tormenta

Quién dirige: el mejor director japonés de la actualidad, el maestro Hirokazu Kore-eda.

Por qué: nadie en la actualidad tiene la sensibilidad y la paciencia de Kore-eda detrás de una cámara. Cualquier historia, por más simple que sea, en manos del japonés se convierte en gracia absoluta.

Un tifón y una familia atrapada en un casa, son el pretexto en turno de Kore-eda para liberar su genio.

The Handmaiden

Quién dirige: el artífice de la conocidísima Oldboy, el surcoreano Park Chan-wook.

Por qué: el asiático ha abandonado el gore, Hollywood y la venganza para realizar un thriller erótico de manufactura exquisita. Una película perfeccionista, elegante, depravada y sumamente divertida. Mención a parte el uso de la cámara que se desliza a través de una puesta en escena milimétrica, donde todo y todos están en su lugar.

I Daniel Blake

Quién dirige: el dos veces ganador de la Palma de Oro en Cannes, el inglés Ken Loach.

Por qué: Loach resume toda una carrera y una postura artística en un solo film. El hombre contra el sistema, el corazón contra la máquina. Como Daniel Blake, su protagonista, Loach es más sabio y conmovedor en su eterna lucha por la dignidad.

La La Land

Quién dirige: El director de la afamada Whiplash, Damien Chazelle.

Por qué: los ecos de Singin in the Rain y My Fair Lady retumban en los fotogramas de La La Land. La película no es sólo un ejercicio de nostalgia hacia el musical, brilla con luz propia y revive uno de los géneros estrella de Hollywood.

Damien Chazelle supera a Hazanavicius y El Artista en su lucha por reencontrar el cine clásico.

Loving

Quién dirige: el responsable de la inquietante Take Shelter, Jeff Nichols.

Por qué: el mayor logro de Nichols es alejarse de cualquier escenario que esperarías de una película sobre el racismo. Libre de clichés, de lugares comunes y diálogos hechos; Loving se rehúsa a adaptarse a nuestros moldes y crea una historia de amor simple, casi rústica sobre el amor de dos personas que por capricho del destino y estupidez de la sociedad, sufrieron por ser de diferente raza.

Manchester by the Sea

Quién dirige: El autor de Margaret, el americano Kenneth Lonergan.

Por qué: con un drama familiar como pretexto, Casey Affleck ofrece la mejor interpretación del año, de muchos años quizá. Manchester by the Sea no es la película más ostentosa, la más grande o la más original del año, sin embargo, es la más humana, la más dolorosamente realista historia que podrán ver en el 2016.

Nocturnal Animals

Quién dirige: Tom Ford, el creador de A Single Man del año 2006.

Por qué: Ford supo combinar un estilo visual refinado y primoroso con una historia de suspenso a la vieja usanza, con ritmo y misterio. Una película hermosa y terriblemente entretenida.

Paterson

Quién dirige: El director americano de Ghost Dog y Broken Flowers Jim Jarmusch.

Por qué: regresa el Jarmusch sencillo, cautivador y sin pretensiones. Paterson es una oda a la soledad, a la poesía, a la cotidianidad. Un relato con héroes desconocidos, proezas de seres normales y arte emanado del corazón del pueblo.

Su protagonista Adam Driver jamás estuvo mejor, corrijo jamás estará mejor.

Toni Erdmann

Quién dirige: la única mujer en la lista, la tragicómica Maren Ade.

Por qué: convierte el despropósito en lógica universal. A partir de una historia absurda, Ade ha creado una de las películas más bonitas sobre el pesar de la vida, sobre la búsqueda de la felicidad. Detrás de una historia extravagante, Toni Erdmann no es más que un tierno relato entre un padre y su hija.