5. Santana de Carlos Santana (1969): Una portada que se define como la propia  música del guitarrista: elegante, compleja, divertida y feroz; todo un juego de percepciones que nos mantiene buscando nuevas expresiones. ¿Vemos un león? ¿Una mujer? ¿Son cuatro rostros? ¿Cinco? ¿Ocho o diez? Del lado derecho el nombre del músico y la portada con letras que expresan la psicodelia de la época. Una verdadera joya de los sesenta.

4. Pet Sounds de The Beach Boys (1966): Sin conceptos complejos ni metafóricos, ésta es una portada sencilla, divertida y que sin duda incita a la perfección, a imaginar cómo serían esos pet sounds que dan título al álbum.

3. Disraeli Gears de Cream (1967): El uso de colores vivos le dan un fuerte atractivo, la distribución de los elementos y los detalles retratan a la perfección la década de los 60: Una explosión artística y diversa. No hay lugar en la imagen que no sea agradable mirar.

2. Music From Big Pink de The Band (1968): Los trazos “desordenados” de la ilustración le dan un toque infantil y puro al arte del disco. En ella también se puede percibir el folclore de la música realizada en la Norteamérica profunda.

1. In The Court Of Crimson King de King Crimson (1969): La manera en la que el rostro es plasmado (encuadre) es perfecta, ni un milímetro más ni menos. La magnifica composición logra transmitir una angustia infinita, algo se esconde detrás de él y es aterrador. El volumen obtenido a través de la nariz y la boca son sencillamente exquisitos.