Con motivo del vigésimo aniversario luctuoso del dramaturgo Mancebo del Castillo, el teatro La Capilla regresa con el montaje de la obra Las tremendas aventuras de la Capitana Gazpacho (o de cómo los elefantes aprendieron a jugar a las canicas), ahora en esta nueva modalidad vía streaming, con dos únicas funciones, 1 y 8 de noviembre, 18:00h

La obra bajo la dirección de Abraham Alcalá, narra tres historias cruzadas, la Capitana Gazpacho parte en busca de la ruta indicada para llegar a las Indias por el oeste, siempre acompañada de su fiel y eterno enamorado marinero, Catalino (a quién tuvimos la oportunidad de ver siendo interpretado por los tres actores que han tenido la oportunidad de interpretar el papel); Mina y Circa, este par de hermanas con un toque tan peculiar en su estilo de vida y gran obsesión por el hora del té en Inglaterra, la nacionalidad y las películas; y Pompeyo y Honorosa, la familia típica del siglo pasado en la que el hombre era macho y la mujer sumisa y torpe. 

La historia te atrapa de inicio a fin, la interacción que hay entre los actores a pesar de estar vía streaming es tan natural y real que te hacen sentir que están en un mismo sitio todos, La Capilla presenta una obra de teatro llena de arte, calidad y un gran elenco dispuesto a dejarse el físico incluso si es necesario durante la obra, es relevante mencionar el movimiento de cámara que hay durante toda la transmisión, presentándote diversos cuadros para hacerte sentir que estás dentro de la obra, generando así una mejor experiencia. Gran trabajo por parte de Alcalá quien se encargó de dirigir y acoplar de la mejor manera y en tan solo 90 días a un elenco conformado por Jocelyn Chacón, Gilary Negrete, Felisa Vicente, Dan Hernández, Antonio Alcántara, Diana Saavedra, Reiner López y Jyasú Torruco; intérpretes que desbordan talento durante los 180 minutos que dura la obra, para poder presentarlo al público en estas dos funciones que tendrán para homenajear a Mancebo del Castillo.  

Una gran oportunidad para aprender, sobre algunas culturas inglesas con las hermanas Mina y Circa, enamorarse con tanta pasión como lo hace la Capitana de una bella Dulcínea, aprender de la fidelidad de las personas con un Catalino y por supuesto reafirmar que no queremos un Pompeyo en nuestras vidas que nos esté controlando y maltratando como lo hacía con la pobre y sumisa Honorosa. La obra está llena de una sutil comedia propia del teatro, de los amantes del arte y reflexiones muy profundas, la que mejor quedaría para los tiempos que vivimos y que me gustaría compartirles sería que, el amor no se descubre, el amor se inventa.