Letras para no olvidar
No mucho se puede agregar sobre un tema tan analizado, estudiado y revivido como el 2 de octubre de 1968. La fatídica noche de Tlatelolco ha generado una avalancha de esfuerzos intelectuales, políticos y periodísticos que dibujan -algunos más otros menos-, una cosmovisión de un hecho que marcó la historia moderna de México.
Más allá de dar una opinión política acerca de un tema tan sensible y sagrado para la sociedad nacional, en Bogart Magazine nos gustaría abordar aquella despiadada noche desde la mirada del arte. Les traemos cuatro libros para entender la matanza de Tlatelolco, un cúmulo de letras para no olvidar:
Anhelos Opuestos de Sorti V. Moraq
Ficción que pone al descubierto el movimiento estudiantil desde dentro. El libro narra la historia de un estudiante que desmenuza el movimiento a través de una serie de cartas dirigidas a una joven estoniana.
Anhelos Opuestos es una excelente oportunidad para comprender los claroscuros, pasiones e incongruencias de un movimiento que ante todo, era humano.
Disparos en la Oscuridad de Fabrizio Mejía Madrid
Un libro que pasea audazmente entre la biografía y la ficción, entre la acusación y la contemplación, entre la rabia y la rigurosidad periodística. En Disparos en la Oscuridad, Mejía Madrid retrata la figura del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz y su responsabilidad en la noche del plomo, la impunidad y las lágrimas eternas.
México 68: Juventud y Revolución de José Revueltas
De los libros “conocidos” sobre el movimiento estudiantil del 68, el de Revueltas es el que más conmueve. El escritor narra los hechos no sólo como un cronista a distancia, sino como un militante activo -algunos textos de Revueltas fueron escritos desde el Palacio Negro de Lecumberri-. Un libro indispensable para entender el romanticismo del 68 y también, para comprender el interminable dolor de haber presenciado el asesinato de toda una generación a sangre fría.
Memorial de Tlatelolco de Rosario Castellanos
Decidimos cerrar la lista con un poema ya que para algunos, el dolor se expresa mejor desde la lírica. La escritora chiapaneca resumió la impunidad y el dolor del 2 de octubre a golpe de verso.
Las primeras líneas de su poema transpiran ira a través de su tenebrosa verdad:
La oscuridad engendra la violencia
y la violencia pide oscuridad
para cuajar el crimen.
Por eso el dos de octubre aguardó hasta la noche
Para que nadie viera la mano que empuñaba
El arma, sino sólo su efecto de relámpago.