Frente a una cartelera dominada por las grandes productoras y el emergente negocio de los stand up comedies que han sustituido la actuación, los escenarios y otros elementos teatrales por un monólogo cuyo éxito se basa en su publicidad, es que se hace necesario dar una mención a lo mejor del teatro durante el 2016.

3 días en Mayo: una visión distinta de un suceso, la otra historia no contada de cómo un hombre tuvo en sus manos una decisión que pudo cambiar por siempre el destino de más de un país, que pudo dar otro final a la Segunda Guerra Mundial. Lorena Maza dirige una obra que devela el liderazgo, el poder de convencimiento y el lado humano de Winston Churchill.

 

La cría: una obra tan perturbadora que enchina la piel. Con trabajo actoral tan demandante que se aplaude de pie la interpretación de Emmanuel Morales y Miriam Balderas, y una dirección impecable por parte de Carlos Talancón, se puso a prueba uno a uno el estómago de sus espectadores.

 

La Guerra en la Niebla: la angustia y la incertidumbre son los sentimientos que conectan a los personajes con el auditorio. Esta obra se siente real, se vive paso a paso con la familia Prieto Stock; Alejandro Ricaño nos pone a reflexionar sobre un tema doloroso y la vulnerabilidad en la que vivimos nuestro día a día.

 

Medida por Medida: en un ciclo teatral dedicado a Wiliam Shakespeare llegó esta obra en una adaptación audaz que respeta el texto original pero con los ajustes necesarios para dar humor inteligente al público mexicano. La danza de utilería que permite explotar el escenario y las actuaciones en un brillo compartido dan como resultado una sesión de carcajadas bajo la dirección de Mauricio García Lozano.

 

Puras cosas maravillosas: su nombre lo dice mejor que cualquier reseña, es una obra que solo deja un sentimiento de satisfacción, que sin discursos optimistas o poco creíbles nos hace repensar la vida. Pablo Perroni y Sebastián Sánchez Amunátegui hacen un recorrido de vida donde inevitablemente los problemas se tornarán cada vez más complejos pero también los placeres.