Dentro de los grandes nombres en los que pensamos al hablar sobre el ámbito artístico en nuestro país, está el de Luis Nishizawa Flores, cuya obra y labor son trascendentales dentro de la plástica mexicana contemporánea. Fue pintor, dibujante, escultor, muralista  y profesor en la  Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México durante más de medio siglo.

Nació el 2 de febrero de 1918 en Cuautitlán, Estado de México, hijo de madre mexicana y padre japonés; su niñez la vivió en el campo, desde entonces mantuvo una cercanía con la naturaleza, además de desarrollar sus habilidades en el dibujo. A los 24 años ingresó a la Antigua Academia de San Carlos, de donde se graduó siendo un artista sobresaliente.

Naturaleza Muerta

Al terminar sus estudios comenzó a impartir la cátedra de Técnicas y Materiales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. La dedicación que ponía en sus clases se traducía en la búsqueda por perfeccionar la manera de  transmitir sus conocimientos, y así  afinar la sensibilidad de sus alumnos, pues dos  características de la esencia de Luis Nishizawa eran la receptibilidad al momento de observar y la disciplina.

Su obra está conformada en su mayoría de paisajes de amplios horizontes, grandes pastizales o relieves rocosos, y  siempre con montañas al fondo; en repetidos cuadros podemos ver también los volcanes, Popocatépetl e Iztaccíhuatl. En estas pinturas hay algunos indicios del arte del país nipón, ya que los planos están constituidos de forma similar a la estampa japonesa. Además el artista realizó dibujos en tinta negra sobre el lienzo blanco similar al sumi-e, técnica tradicional de Japón.

Cajetes

Aunque la naturaleza fue su principal inspiración, también fue un notable expresionista, plasmó situaciones complejas como la pobreza, marginación y miseria; captaba cuanto advertía mientras paseaba en las calles, retrató gente,  detalles y colores con los que nos enfundamos en la cultura mexicana. Estos elementos los observamos en sus grandes murales como  El aire en vida, ubicado en Centro Médico, y La Justicia, en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Su gran aporte a las artes en nuestro país, hizo acreedor a Luis Nishizawa de importantes reconocimientos,  como  la Condecoración Imperial de Japón: Tesoro Sagrado, la  Presea Estado de México en Artes José María Velasco (1984) y el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1996). En 1992 se inauguró en Toluca el Museo-Taller nombrado en su honor, donde encontramos parte de su vasta obra.

La Niña del Rebozo

Hoy celebramos cien años del nacimiento de este admirable artista.