Fue difícil definir la sensación que me produjo ver Trainspotting 2, tardé algunas horas en darme cuenta y quien diría que Facebook me ofrecería la respuesta. La definición exacta me llegó en el muro de un buen amigo -cinéfilo, humorista y provocador por excelencia- y decía algo así: “Hay un momento durante Trainspotting 2 donde Sick Boy le dice a Renton ‘¿Por qué volvimos? Es sólo nostalgia, somos turistas en nuestra propia juventud’. En ese momento no le estaba hablando sólamente a su contraparte en la película, sino a todos los que estábamos ahí sentados, emocionados por ver la secuela a un filme que nos dejó fríos 20 años atrás”.

Poco puede agregar mi crítica a tal afirmación, Danny Boyle ha creado una ofrenda sin tapujos ni concesiones para los fans de la primera entrega. ¿Acaso T2 ofrece algo nuevo? No. ¿Aporta algo revolucionario a su trama? Por supuesto que no, sin embargo, reto a cualquier fan a decirme que no se le erizó la piel cuando la aguja del tocadiscos hizo resonar algunos mili segundos del tambor de ‘Lust for Life’.

Una vez que entiendes y aceptas que no estás en la sala para ver nada nuevo, solo hay un camino a seguir: el gozo. Antes que nada y después de todo, T2 es una comedia, a veces recurre al exquisito homenaje, otras tantas a la parodia descarada, pero siempre con un cariño excepcional a su universo, con un guión enamorado de sus personajes y sus miserias.

Los gags -siempre en sintonía con la primera película-, crean un ambiente de empatía en el cine, todos reímos, pero lo más importante, todos sabemos por qué reímos. Comentarios como “clásico de Spud” o “ese pinche Begbie” denotan camaradería y un extraño ambiente de cineclub invade la función.

T2 reúne a los cuatro amigos 20 años después de la primera parte, con ritmo impaciente y acelerado -marca registrada de Boyle-, se presenta uno a uno a los personajes, su evolución y su no-evolución. Ahí está la broma -y a la vez la tragedia- más grande de la película, por más que estos cuatro desdichados hayan formado familias y hayan envejecido, siguen siendo los mismos y parecen estar destinados a cometer los mismo errores.

Por dos horas, Danny Boyle nos ha dejado varados en la Tierra de Nunca Jamás, sin posibilidades ni ganas de crecer, encerrados en una época, como unos Peter Pans atrapados con un grupo de niños perdidos llamados Renton, Spud, Sick Boy y Begbie.

  • T2 Trainspotting
  • Reino Unido, 2017.
  • Director: Danny Boyle.
  • Guión: John Hodge (Novela: Irvine Welsh).
  • Con: Ewan McGregor, Robert Carlyle, Jonny Lee Miller, Ewen Bremner.
  • Duración: 117 min.