Onward: La magia está en ti
Como es costumbre, desde el estreno de Toy Story (1995), la ceremonia de los premios de la Academia tendrá a Pixar compitiendo por el Oscar a mejor película animada. A pesar de que el 2020 fue un año turbio marcado por la pandemia mundial que se mantiene vigente, el estudio de animación más importante del mundo logró estrenar dos películas con la calidad suficiente para competir por el ansiado trofeo: Soul y Onward. La primera se estrenó en la plataforma de streaming de Disney y Onward fue uno de esos últimos filmes que logró presentarse en la pantalla grande antes del cierre de los cines, esto causó que la película haya tenido la menor recaudación en la historia de Pixar.
A pesar de este trago amargo, la calidad de la historia, el diseño de personajes, los escenarios y el ritmo Onward (Unidos) no pasaron desapercibidos para los jueces de la Academia, quienes supieron reconocer la grandeza de esta película. Este filme animado nació del escrutinio que su director, Dan Scanlon, realizó de su infancia, marcada por la ausencia de un padre al que conoció a través de los recuerdos de su madre y hermano así como de algunas viejas cintas de video.
Onward se desarrolla en un mundo habitado por criaturas mitológicas que perdió la capacidad de asombro y que cambió la magia por las comodidades que trajo la tecnología y sus productos derivados. En este contexto Ian, un elfo tímido e inseguro, está a punto de cumplir su 16º cumpleaños y su único deseo es ser lo más parecido a su padre (a quien nunca conoció). Tras un cumpleaños fatal, Ian se entera de que, antes de morir, su padre le dejó un hechizo con el que podrá regresar a la vida por un día entero para estar con sus hijos. Con la ayuda de su hermano Barley, Ian intentará traer a la vida a su padre, sin embargo, el hechizo sale mal y solamente las piernas del padre logran traspasar la barrera de la muerte. Ian y Barley tendrán que ir en búsqueda de una gema fénix para completar el hechizo antes de que el tiempo se agote y pierdan la oportunidad de ver a su padre.
El viaje de Ian más allá de ser el de la búsqueda de un objeto, se convierte en un viaje interno que lo ayudará a conocerse a sí mismo y valorar cada aspecto de su vida. La confianza que adquiere el protagonista durante el filme va precedida de sucesos en los que su fe es puesta a prueba y que, una vez superados, lo dotan de autoconocimiento y certeza de sus capacidades.
Onward realiza una crítica puntual a la sociedad actual que ha permitido esclavizarse por las comodidades que la tecnología ha traído en perjuicio de la cohesión social y la unión entre personas. Si bien la trama versa sobre la búsqueda de Ian por un artefacto mágico, a lo largo del filme se aprecian a personajes que han cedido su libertad y sus deseos a las facilidades de la vida cotidiana, pero cuando se autodescubren y recuperan su verdadero ser, la felicidad colma su vida a través de la magia inherente a ellos.
Pixar logra mostrar un mensaje que pugna por la autoconciencia del ser humano actual, al que le pide que salga de su zona de confort, conozca sus capacidades y luche por sus sueños, todo esto a través de una historia llena de acción con escenarios perfectamente diseñado, personajes entrañables y una historia que cautiva la vez que obliga a la reflexión.