Desde que el ser humano es capaz, ha buscado maneras de expresar sus inquietudes e interpretaciones del mundo que le rodea. Esa necesidad se gesta con mayor intensidad en quienes han desarrollado cierta sensibilidad que les permite crear piezas que representen una realidad, la critiquen o solo intenten dan forma al día a día. Así, en medio de una época donde reina la violencia pero también el silencio cobran vida obras sobre la equidad género, sobre la mujer.

Con una frescura que ayuda a la digestión de su temática, Mil Grullas Teatro presenta: Para siempre es mucho tiempo, obra que funge como catarsis para todas aquellas a quienes les han roto el corazón, también para aquellas que quieren dejar atrás a alguien que las ha lastimado. Apoyándose de trazos coreográficos, así como de elementos audiovisuales, la puesta en escena  nos lleva a la conceptualización del amor, pero sobre todo a las expectativas, clichés y estereotipos en torno a él. 

Foto: Itzel Noguez

Decepcionadas al darse cuenta de que el príncipe azul que nos han vendido en los cuentos de hadas, el público femenino es parte fundamental para el desarrollo de esta pieza teatral “quiero deshacerme de ti, de esos comentarios que me minimizan”, “dejar atrás los estereotipos, saber que puedo y merezco algo mejor”. Cada una escribe lo que le duele, sin entrar en detalles, se crea una complicidad; al final, todos entendemos el lenguaje de cupido, aunque pocos lo hemos experimentado de manera sana. 

Foto: Itzel Noguez

Para siempre es mucho tiempo no se sustenta en la crudeza, sino que recurre a la cotidianeidad para poner sobre la mesa los límites de lo tóxico y confrontarla con la necesidad -creada- de encontrar una media naranja, aún cuando no sabemos lo que eso significa. La construcción de la historia, va desde lo personal, la experiencia de una relación fallida de Paulina Orduño, actriz, directora y dramaturga; hasta la referencia directa de casos reales, mujeres cuya voz se apagó pues su cariño recibió como moneda de pago la muerte.

Foto: Itzel Noguez

Belén Mercado y Alejandra Hinojosa son las responsables de deshilvanar este ensayo escénico. Al inicio, advierten la ausencia de la figura masculina, de manera literal pero también se convierte en una especie de metáfora que que permite ir creando el mensaje central de la obra: ninguna mujer necesita una pareja para ser feliz. Los cuestionamientos amorosos trascienden el escenario, el público hace un trabajo introspectivo para llevarse a casa la reflexión sobre sus propias experiencias. 

Mil Grullas Teatro presentó Para siempre es mucho tiempo por primera vez al público en el Teatro Javier Barros Sierra de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán como parte de los festejos por su 45 aniversario.