Psicomanía
Me atrevo a asegurar que todos alguna vez hemos tirado de loc@ a alguien. Cualquier comentario o actitud que sale de lo “común”, que tiene tintes de exageración e incluso que lleva una fuerte carga emotiva puede ser clasificado como un disparate, y bueno, como nos han enseñado: los disparates deben ser ignorados.
Esta reflexión llegó a mí el pasado martes, cuando conocí a Andrea, Marta y Sergio. Cada uno con personalidades extremadamente distintas pero al mismo tiempo en todos encontré algo de mi: neurosis, miedos, inseguridades y máscaras.
A través de esos tres personajes Psicomanía cobra vida en una puesta en escena que de principio esconde un hilo “freudiano”. Sin caer en la pedantería o en lo “intelectualoide”, el texto de Alan Basco es un guiño a los principios del psicoanálisis, lleno de sátiras y humor negro.
Psicomanía nos lleva a conocer tres historias; la de Sergio (Daniel Chávez Camacho) un cura cuya vida parece estar suspendida en el limbo entre la moral y el deseo; la de Andrea (César Azanza), un joven que, en medio de un duelo, también lucha contra los prejuicios sociales; y la de Marta (Sofía Sojo) una mujer reprimida, feminista e inconforme -prácticamente con todo-.
En medio de una sesión colectiva a la que nunca se presenta el terapeuta, los tres sujetos deben decidir quién de ellos será el coach “sustituto”. Sin darse cuenta, tendrán más de un momento catártico donde poco a poco se devela su pasado para dar explicación a su conducta presente; ya lo decía Sigmund Freud “somos lo que somos, porque hemos sido lo que hemos sido.”
La obra aunque divertida, toca temas sensibles desde la religión y la homosexualidad hasta las parafilias y el suicidio. La obra es un acercamiento a esos tópicos desde la vulnerabilidad de quienes comparten sus experiencias, de tal manera que nos vemos obligados a explorar esos terrenos en zapatos ajenos. Aún el público más conservador, logra sustituir la incomodidad por un poco de empatía.
Durante casi hora y media, Sergio, Andrea y Marta nos hacen testigos de su lucha interna con sus impulsos más oscuros, así como de la búsqueda de una respuesta que les permita llevar una vida más tranquilas. Al mismo tiempo, nos sumergimos en la comedia para hacer de Psicomania nuestra propia terapia que nos permita olvidarnos de los pendientes de la oficina o despojarnos de un mal día.
¿Será que nuestros personajes no tienen remedio? Descúbrelo todos los martes de octubre a las 8:30 en Un Teatro.