La propuesta escénica es clara: juntar tres obras literarias del escritor Edgar Allan Poe; y hacer de ellas una historia cuya finalidad sea divertir y atraer a los pequeños (o no tan pequeños) al teatro. El corazón delator, El cuervo y La caída de la casa Usher son las elegidas para darle vida a  Poppeteros, poppets, y Poe, bajo la dirección de Carlos Fierro. 

Los poppets son los encargados de darle vida a la historia, en la cual el misterio y terror son los elementos clave para atrapar al espectador en una atmósfera de imaginación e inocencia que no pretende espantar, sino provocar carcajadas durante toda la obra.

Foto: Juan Ramón Henández

En propias palabras del director Carlos Fierro, quien recuerda cómo es que surgió la idea de llevar a cabo esta obra: “Estábamos en una esas pláticas de café, y uno de los chicos retomó el cuento El corazón delator con el títere; le dije ‘porque no lo hacemos para niños’ y lo armamos. Así juntamos los 3 cuentos, los hilamos en una sola historia. Abordar a Edgar Allan Poe de esta forma divertida me pareció bastante rica para los niños”.

El proceso de creación fue enriquecedora e interesante ya que se tuvieron que sentar juntos a leer; la condición era que todos leyeran los textos de Edgar Allan Poe. Y así, entre todas las obras del escritor, los elegidos fueron El corazón delator, El cuervo y La caída de la casa Usher.

Foto: Juan Ramón Henández

Esta dedicación se ve reflejada en la estructura del guión, ya que el conjunto de las diferentes historias crean una sola que se entiende a la perfección; no es necesario conocer las originales, pues quedan muy claras las intenciones. Por otro lado, tropieza un poco en cuanto al ritmo en algunas escenas que requieren mayor soltura, pero no impide disfrutar lo que se ve, pues los titiriteros principales defienden a su personaje con diálogos apropiados sin caer en lo absurdo.

También es prudente mencionar a los integrantes de la obra, pues tienen un promedio de 20 años, algunos ya actores y otros en formación. Su director expresó su emoción por trabajar con ellos “se portaron a la altura, tuvieron una entrega, leyeron y proponían: “hay que hacer el cuervo, el pico que se nos caiga, que no se nos caiga que nos se nos rompa”, fue bien interesante trabajar con ellos” finalizó.

Foto: Juan Ramón Henández

Tras algunas funciones en el foro La nabe iniciarán temporada a partir del 6 de octubre en el Teatro Cuauhtémoc. ¡No se la pierdan!