Después de un exitoso recorrido por el Festival de Cine de Sundance en 2020 y la gran expectativa que generó cuando se acercaban las nominaciones de los premios Oscar, Te llevo conmigo, escrita y dirigida por la documentalista Heidi Ewing, llega a salas mexicanas el 08 de julio de este 2021 para conquistar el corazón de una audiencia ávida de historias que se alejen de la idealización, cuestione estereotipos y retrate al amor sin caer en el vicio del tono melodramático. 

La historia está inspirada en hechos reales y cuenta la vida de Iván (Armando Espitia), un aspirante a chef que radica en Puebla y trabaja como asistente de cocina para mantener a su pequeño hijo al que apenas puede ver. Una noche Iván conoce a Gerardo (Christian Vázquez), un maestro abiertamente homosexual con el que inicia una relación amorosa bajo el cobijo de la noche que oculta su amor de los ojos de una sociedad conservadora y homófoba. Cuando su relación es descubierta y a Iván se le prohíbe ver a su hijo, decide cruzar a los Estados Unidos para convertirse en chef y darle una mejor vida a su pequeño. Gerardo no soporta estar lejos del amor de su vida y cruza la frontera para reunirse con Iván y cumplir junto con él el sueño americano.

Te llevo conmigo está narrada de manera anacrónica con pinceladas que muestran el pasado que con el que lidian Iván y Mario y un presente (ambientado en los años 90) en los que la pobreza y los sueños rotos son el pan de cada día. Heidi Ewing se aleja de fórmulas caducas y evita caer en estereotipos para mostrar la dinámica de pareja de dos hombres que se aman dentro del marco de una ciudad conocida por su exacerbado catolicismo. 

Esta película no se limita a mostrar el lado noble del amor, también es una historia de clandestinidad, de separación a causa de fronteras, de esperanza. Iván vive siempre en la clandestinidad, los prejuicios que tienen hacia su orientación sexual lo obligan a esconderse bajo el cobijo de un cielo nocturno que será testigo de su relación, mientras el sol matutino trata de iluminar un sueño que se antoja lejano por la falta de oportunidades y la apatía de una sociedad resignada a sobrevivir.

Cuando Iván logra cruzar, ilegalmente, a los Estados Unidos su situación de clandestinidad no se modifica, ahora el muro que lo divide de la sociedad en la que vive no se basa en su orientación sexual, sino en su calidad de inmigrante. Iván y Mario son unas sombras que vagan por un país indiferente que es ajeno a su dolor y a sus sueños. Este aspecto de la cinta logra retratar perfectamente los obstáculos que propician el levantamiento de fronteras no solo territoriales, sino ideológicas.

La fotografía de Juan Pablo Ramírez es excelente para marcar estas fronteras en las que se mueven los personajes a lo largo de la cinta. Los tonos fríos, en los que el azul domina, retratan la vida “real” a la que se tienen que enfrentar los protagonistas, esa vida en la que el deseo no es suficiente para alcanzar los objetivos, esa vida que flagela sus cuerpos con indiferencia y prejuicios. Por otra parte, los tonos cálidos se hacen presentes cuando Iván y Mario viven su amor, la pantalla es monopolizada por unos primeros planos que se diluyen lentamente en el tiempo y se empeñan en mostrar esos resquicios de cariño y pasión que se cuelan como destellos en una vida gobernada por la insatisfacción.

La directora impide que la cinta tome un tinte melodramático y si bien exhibe la homofobia patente en un México que se acerca al siglo XXI a través de personajes como el padre de Mario que lo castiga por ser “rarito” o un grupo de borrachos que golpea brutalmente a dos hombres por el hecho de ser homosexuales, también se permite mostrar el halo de luz del nuevo siglo que trae apertura a través del padre de Iván que respeta la orientación sexual de su hijo o Sandra (Michelle Rodríguez) la inseparable amiga de Iván a quien ama por lo que es.

Te llevo conmigo es una cinta completa que narra una buena historia de amor alejada de los estereotipos a la par que muestra los padecimientos que tienen que sufrir los mexicanos que cruzan a los Estados Unidos de forma ilegal, sacrificando a su familia para poder mantener a la misma. Es una historia de esperanza, de fe, de abandono, de sueños, de anhelos. Una historia real.