Todas las putas: los cuentos gráficos
En el año 2003, el libro Todas putas causó revuelo de resultados inimaginables, la obra escrita por Hernán Migoya y su primera editora Miriam Tey, estuvo a nada de ser prohibida por su contenido supuestamente misógino; además la obra catalogada como una apología a la violación. En ese entonces Tey fue obligada a renunciar como Directora del Instituto de la Mujer de España; y Migoya prácticamente a abandonar el país.
Actualmente podemos disfrutar de una edición única, porque ahora cuenta con la colaboración de 15 ilustradoras que aceptaron el desafío de adaptar los relatos originales al cómic; son mujeres de España y Latinoamérica dedicadas a las artes gráficas como Sheila Alvarado, Patricia Breccia, Natacha Bustos, Olga Carmona, Cristina Daura, Irati FG, Ana Galvañ, Maria Herreros, Gemma Araceli Horcajo, Andrea Jen, Mamen Moreu, Ana Pez, Irene Roga, Clara Soriano y Berrocal; todas ellas con cualidades y estilos diferentes.
Todas las putas: los cuentos gráficos es un libro pujante, la obra te lleva a través de las relaciones humanas, su dureza; del sexo violento, agresiones físicas, verbales y psicológicas; demuestra fuerza creativa, abraza la libertad de expresión, crítica los pensamientos más oscuras del hombre, así como la moralidad de la sociedad actual. Las historias del libro están construidos con inteligencia, humor negro y descaro; es una ejemplar para personas de mentalidad abierta y sin prejuicios.
En esta edición, el prólogo lo escribió la mismísima Miriam Tey, para hablar por primera vez del tema, “estas mujeres ilustradoras no entienden de barreras, tuvieron la osadía de ponerse del lado del malo, del apedreado, del apestado, y contra quienes, partiendo de un juicio moral rancio y difícilmente sostenible que nos obligaría a quemar la mayor parte de la literatura”.
Todas putas: los cuentos gráficos fue, es y será un libro polémico, para algunos retrógrada y para otros liberal, pero al final de cuentas es literatura, literatura de ficción, no olvidemos eso. Es una obra que va más allá de los códigos en turno, es una metáfora crítica de la sociedad, una de doble moral. En Todas putas los textos te golpean como un mazo en la frente; es un libro para personas pensantes, leales en sus convicciones, pero como escribí al principio con mente abierta y sin prejuicios.