Una rebanada de Luna

Por: Valeria A. Martínez Noguez

Mi nombre es Valeria, tengo doce años. Vengo de una familia que le gusta todo tipo de arte. Tengo tías que pintan, ellas me han enseñado a hacerlo. Mi abuelo y mi padrino Yeu son amantes de la música y a mi tía Itzel le encanta el cine, también el teatro. Es por eso que a mí me gusta dibujar, las películas (con palomitas, es mejor), me gusta cantar y creo que ahora me empieza a gustar el teatro.

La semana pasada mi tía me llevó a ver Una rebanada de Luna, una obra con muchos valores y aunque es para niños, a los adultos los ayuda a recordar su niñez. A través de la historia de Elfo y Puck, dos gnomos que viven en el bosque, aprendemos que la amistad es sagrada.

Si tienes un amigo, nunca lo dejes solo, ayúdalo en los momentos que lo necesite. Así como los dos gnomos que son los mejores amigos, hasta que un día aparece la bruja Radegunda. Puck dice que ella era fea y mala, pero Elfo comparte el gusto por los libros con ella y se hace su amigo.

Así, nos señala la importancia del respeto, de no insultar a las personas y como dicen los adultos: a no juzgar un libro por su portada. A uno no le va a gustar que nadie habla mal de él a sus espaldas. ¿Ustedes qué opinan?

Lo que más me gustó de Una rebanada de Luna fue Radegunda. Su moño y su forma de hablar, ella es un personaje importante para que podamos aprender la lección de esta obra.

Vayan a ver Una rebanada de luna, lleven a sus hijos o como mi tía a sus sobrinos. Lleven a los niños que tengan cerca, sin importar su edad, estoy segura que esto les gustará tanto como a mi. La obra se presentará todos los domingos hasta el 16 de diciembre en La Capilla Teatro. ¡No se la pierdan!