La incertidumbre. Ese sentimiento de vacío permanente que uno experimenta en situaciones que están fuera de nuestro alcance, es un ancla que limita el avance y condena al estatismo. El ser humano cree poseer certezas, pero sucumbe de inmediato ante la incertidumbre, palabra y situación que le demuestra lo pequeño y frágil que es. A partir de este concepto tan universal, el dramaturgo César Chagolla presenta, en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque, una obra cargada de dolor, angustia, desasosiego, vacío y soledad.

Variaciones de Schrödinger centra su trama en una familia cuya madre, Socorro (Indira Pensado), cada día sirve cuatro platos para comer junto con su esposo y dos hijos. Este ritual se repite invariablemente, incluso cuando uno de sus hijos es víctima de una desaparición forzada. Socorro se niega a dar por muerto a su hijo y continúa colocando su plato en la mesa, negándose a comer hasta que él aparezca. La relación con su esposo e hijo colapsa y su cuerpo, mente y alma se rompen. Socorro naufraga en un mar de incertidumbre buscando un faro de esperanza que le regrese a su hijo con vida.

La obra toma el apellido del físico austriaco Erwin Schrödinger y parte de un experimento mental, que ideó para ilustrar la paradoja de la superposición cuántica, El gato de Schrödinger. Esta paradoja mental, a grandes rasgos, plantea que un gato dentro de una caja que contiene un envase de veneno y un dispositivo para romperla está muerto y vivo a la vez, dicho estado no se modifica hasta que la caja es abierta.

El hijo de Socorro funge como el gasto en esta obra, pues no existe certeza de su muerte. A pesar de que ha pasado más de un año desde su desaparición, para Socorro él aún no ha muerto, ya que no ha visto su cuerpo yacer en la tierra. Esta incertidumbre genera un desequilibrio familiar, pues el esposo e hijo de Socorro la ven como una mujer incapaz de aceptar la realidad y seguir con su vida. Para ellos, Socorro es una mujer congelada en el tiempo que se alimenta de esperanzas fútiles e impide la sanación del núcleo familiar.

La dirección de la obra es interesante, pues se construye a partir de miradas inexistentes y de relaciones inconexas entre los personajes, lo que refuerzan los sentimientos de dolor y desolación que padecen los personajes. Son pocos los momentos en que los personajes se observan a los ojos, a pesar de que participan del ritual de la comida, sus miradas vacías se dirigen a puntos ciegos. El contacto entre ellos es prácticamente nulo y se presentan únicamente en escenas de dolor y destrucción.

El director logra captar perfectamente la ruptura familiar que se crea a partir de un hecho traumático como lo es la desaparición de un ser querido. La dinámica familiar se rompe y, a pesar de que los rituales se mantienen en un intento vano de recuperar la cotidianidad que les fue arrebatada, el ambiente, cargado de incertidumbre, se siente tenso y pesimista.

Variaciones de Schrödinger está construida de manera anacrónica, una vez que presenta a los personajes, sus deseos y rasgos de carácter, se descomponen en escenas cargadas de patetismo que se mueven en tiempos donde la constante es el dolor y la incertidumbre. La obra es un viaje a través del duelo, la expiación de culpas, la presencia de la muerte y la impotencia de una madre que se percata de que la fuerza del amor es una falacia.

Mientras le desarrolla la historia de la ruptura familiar y el descenso de Socorro hacia límites insospechados, el hijo desaparecido, aquel que su madre evoca cada vez que sirve los cuatro platos en la mesa, es testigo de las consecuencias que conlleva su ausencia. Él está presente en cada escena, él comparte el dolor que carcome a su madre, él atestigua la decadencia de su padre, el hartazgo de su madre y la esperanza que se desvanece.

Esta aparición manifiesta del hijo desaparecido funge como metáfora idónea para evidenciar que la desaparición de un ser querido no implica su olvido, que la presencia no se limita a la materialidad y que la evocación parte de la palabra y el pensamiento. El hijo vive, porque Socorro así lo ha decidido, su aparente necedad es en realidad una búsqueda de la verdad, un reclamo de justicia, un reclamo de certeza.

Los platos como símbolo del núcleo familiar y su eventual ruptura son elementos recurrentes que permiten que la obra avance y evidencian la transformación que tienen los personajes a lo largo de la historia. El clímax de Variaciones de Schrödinger es fuerte, potente, doloroso y marca perfectamente el arco dramático de la protagonista y abre un camino hacia una nueva. El desenlace de la obra se siente largo debido a la potencia del clímax, pero establece puntualmente el nuevo orden de las cosas.

Si bien la obra se centra en los estragos causados a partir de un problema tan común y normalizado como la desaparición forzada en México, también habla de la soledad que se vive en una sociedad hacinada, de la fragilidad del ser humano antes un sistema que lo asfixia, de la impotencia de las víctimas y la vida que se rompe a partir de un hecho traumático. Es una obra fuerte, interesante y necesaria que explora el dolor de una manera original y precisa.

Variaciones de Schrödinger se presentará los jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 horas y domingos a las 18:00 horas del 30 de septiembre al 7 de noviembre de 2021, en el Teatro Orientación.