¿Qué pasaría tuvieras que pasar siete años en la cárcel para que tres de tus amigos mantuvieran su libertad? ¿Te sacrificarías o sacrificaría a uno de tus amigos? Con estas preguntas inicia el planteamiento del conflicto de 7 años, obra dirigida Reynolds Robledo, que se estrenó el 26 de abril del 2022 en el Foro Lucerna. Basada en el guion de la película española homónima, esta puesta en escena es un estudio profundo de las relaciones interpersonales y escarba en el significado del ser dentro de una sociedad diversa.

La obra inicia cuando la abogada de una exitosa empresa tecnológica le avisa a sus cuatro socios fundadores que hacienda ha detectado un fraude fiscal que acabará con la empresa y su libertad. La única opción es que uno de los fundadores, que además son amigos, se culpe y pague una condena de siete años en la cárcel para que la empresa y los tres amigos restantes continúen con su vida. Al no saber cómo elegir a la persona que se sacrificará y ante la negativa de dejar la decisión al azar, contratan a un mediador que intentará encontrar una solución a la cuestión.

7 años es un thriller que se teje a través de la ruptura de la relación entre los personajes que se acentúa por la premura de la decisión que deben tomar. A pesar de que el conflicto inicia muy temprano en la obra, el director logra esbozar de manera clara y puntual el tipo de relación que comparte cada personaje el otro, esto permite que la fuerza del conflicto se afiance y genere suspenso en el espectador.

Conforme el tiempo se agota y el peligro de perder la libertad se acera, la amistad se fractura, lo que inició como una relación cordial se convierte en una guerra verbal por quien tiene más derecho a no pisar la cárcel y quién es el más prescindible de los cuatro. El papel del mediador es imprescindible para marcar el ritmo de la trama, lo que impide que ésta se desboque, permitiendo así que la tensión se mantenga hasta el último minuto de la obra. Es este personaje el que marca la pauta, de manera inconsciente, para que los cuatro personajes restantes exploten y se ataquen.

La puesta en escena pone en evidencia la fragilidad de las relaciones sociales cuyos pilares se asientan sobre terrenos fangosos y tienen a caer ante cualquier conflicto. Los personajes de 7 años descienden a los infiernos con tal de mantener su libertad, la amistad se vuelve una quimera, el amor una fantasía. El egoísmo reina y cada uno expone los argumentos que cree convenientes para salvarse a costa de quien sea.

A diferencia de la película, esta adaptación incluye diálogos cómicos que fungen como un pequeño respiro para el espectador, pero que a la vez fortalecen la tensión construida. Los trazos de los personajes logran suplir el manejo de planos que tiene la cinta, en la obra los movimientos de los actores son más duros y potentes que en la película, la tensión no es monopolizada por sus diálogos, también se nota en sus movimientos y en la contención de sentimientos que se manifiesta en los rostros de los actores.

La mesa, parte esencial de la escenografía, en la que se desarrolla la obra no es un elemento más del escenario, es un terreno en donde se lucha por el poder, en donde muere la esperanza, en donde la libertad está en juego. El cambio de asiento de los personajes a lo largo de la obra no es gratuito, a través del lugar que ocupa cada uno de ellos se evidencia quién tiene el control, quién ha perdido la fe y quién domina la conversación.

El desempeño actoral de Aejandro Morales, Antonio Gaona, Cristian Magaloni, Jeannine Derbez, José Ramón Berganza, Pablo Perroni, Pedro De Tavira y Rocío Verdejo es impresionante, logran contener un cúmulo de emociones que se desborda a través de su cuerpo y explota en el momento de más tensión de la obra.

7 años es una obra que además de las relaciones, analiza el concepto del ser. Cuando los personajes buscan sacrificar al más prescindible de los cuatro, parten de premisas prefabricadas y que se ajustan a su contexto. En esta parte de la obra los actores ceden su lugar a la sociedad y es ella la que juzga a los cuatro para encontrar al que, para ella, es el menos importante de acuerdo con su función social.

Esta obra mantiene al espectador al filo de la butaca, la tensión nunca se cae, las actuaciones son memorables y el análisis que realiza es necesario. 7 años se presentará en el Foro Lucerna los martes y miércoles a las 20:30 horas.