La construcción de la identidad a través de la infancia

Encontrar tu pasión es un nuevo despertar que implica un camino plagado de experiencias dulces y amargas. Ese encuentro significa iniciar una nueva vida en la búsqueda de ese deseo encontrado que fungirá como motor para conseguirlo. En Bambis dientes de leche Antón Araiza plasma ese primerizo choque con la pasión que nace bajo circunstancias que le podrían parecer ajenas, pero que marcan la infancia de un niño y definen su vida.

Con este monólogo, escrito en 2013, se evidencia el papel fundamental que juega la sociedad para la construcción del ser y como el contexto en el que vive un niño influye, hasta el grado de sofocarlo, su camino. Es una relectura de la infancia a través de los ojos de un hombre que mantiene un vínculo indisoluble con su niñez, un viaje al pasado a través de recuerdos vívidos que lo formaron y que aún juegan un papel trascendental en su vida adulta.

La obra, construida con imágenes de una infancia que se antoja cercana, está contextualizada en el mundial de México 86. El niño interior de Antón se apodera de él para narrar lo sucedido en la fiesta de su cumpleaños número ocho, a través de anécdotas con las que el público se identifica de inmediato y partiendo de la importancia que tiene el futbol para el pueblo mexicano, se dibuja un México anecdótico que encuentra semejanzas. 

A través de un tono irónico, crítico y cómico el protagonista narra el devenir de su infancia imbuida por la obsesión que tienen sus padres hacia el futbol y su ingreso forzoso a las fuerzas básicas del América para un niño al que no le gusta el futbol.  Bambis dientes de leche logra hacer una síntesis de todas las experiencias vividas por el personaje para llegar al encuentro con su pasión, lo que definirá su vida a partir de ese momento. El momento culminante de la obra se da con ese choque de la pasión que le abre los ojos al protagonista.

Antón Araiza no solo actúa en este monólogo, también lo escribió hace casi una década y para sus sorpresa la historia se encuentra vigente en pleno 2022, toda vez que no se enfoca en el futbol, al que toma como pretexto, sino que Bambis dientes de leche “llega a lugares profundos, valiosos, sólidos como es la niñez, la construcción de la individualidad el respeto de la sociedad hacia uno y viceversa, el enfrentarte a tus vocaciones, darte cuenta de lo que quieres ser.”

La escritura del monólogo dibuja retazos de imágenes tan vívidas que podría verse con los ojos cerrados. Propone evocar la infancia del público a través del diálogo que el personaje mantiene con él. Apela a la nostalgia de un pasado que se mantiene vigente y que es compartido por la similitud de experiencias entre el público y personaje. A pesar de que Bambis dientes de leche está ambientada en el México de los ochenta, la conexión entre personaje y audiencia es inmediata porque la infancia entre ambos, sin importar el rango de edad, mantiene ciertos rasgos idénticos con los que todos logran identificarse.

El acierto de la puesta en escena de este monólogo es el dinamismo que el director David Jiménez Sánchez le imprime con base en cambios abruptos de forma y tono. Inicia siendo una especie de stand up en donde el actor narra su cumpleaños con un tono cómico y afable que conecta con el público y lo hace partícipe del monólogo. Posteriormente, la narración discurre acompañada de una coreografía de tap que exige una energía descomunal del actor que se entrega formidablemente a su audiencia. Continúa con una espacio inundado de agua en el que el personaje navega junto con la narración de esa infancia en la que se advierte el inminente encuentro con su pasión. El monólogo culmina con Antón confesándose frente al público, siendo él, puro, natural.

Bambis dientes de leche es un monólogo distinto que no pasará indiferente para quien lo vea, la conexión que logra con el público se debe a lo sincero de su escritura. El tono cómico que se imprime a lo largo de la historia acerca al público y lo ánima. La evocación de una infancia y su influencia en la vida adulta genera en el que la vea una revisitación necesaria a su niñez. 

Para Antón Araiza la importancia de esta obra radica en que “mueve tu mente, mueve tus emociones, te refleja, te habla de tu familia de tu deseo, hablade ti, de quien eras hace muchos años y quien eres hoy y al joven le habla sobre quién quieres ser.”

Este monólogo presentado por la compañía teatral Ocho metros cúbicos A.C. y ganadora del Circuito Nacional de Artes Escénicas de Chapultepec: Teatros y Espacios Independientes 2022 se presentará el 12 y 19 de noviembre en el Centro Cultural el Hormiguero de la Ciudad de México; en el Foro Doblenueve de Pachuca el 22 y 24 de octubre y en el Foro Cultural Landó de Toluca el 26 y 27 de noviembre del 2022.