Uno de mis miedos más grandes es que el día en que muera, cuando ya no esté aquí para esconder mis secretos más grandes salgan a la luz, porque así es la vida de desgraciada es la vida y nuestros secretos —desde los inocentes, hasta los que le darían cringe a la persona que más confianza le tengas—se conocen cuando ya no estamos aquí para poder protegerlos. Cuando la vida se apaga de este plano, son los que se quedan quienes tienen que lidiar con la vida que dejamos, con los objetos, la ropa, las casas —en el mejor de los casos— y nuestros seres amados. 

Cazar comadrejas es una obra con dramaturgia de Antonella Felici y dirigida por Laura Agorreca en la que nos cuentan la historia de MaraDaniela Vargas— y OlaveAntonella Felici—, dos hermanas que después del fallecimiento de su padre regresan a una vieja casa dónde su papá pasó los últimos días. Ellas buscan la forma de guardar las pertenencias de su padre y dejar la casa limpia porque está a punto de ser comprada, un hecho que desconoce Gerardo —Interpretado por Lucas Solustri— quién al ser el menor, nunca había sido tomado en cuenta para las decisiones de la familia y por supuesto que SilvestreBaruk Serna— el peón de aquel rancho en medio de la selva tampoco estaba enterado. 

El caos familiar se desarrolla en medio de un verano caluroso y después del duelo de a perdida en aquel momento en el que la calma parece haber llegado a toda la familia, pero que ir a recoger las cosas que alguna vez fueron de su padre hacen que broten las problemáticas que parecían estar más empolvadas que las cajas en las que el difunto guardaba objetos para fundar su propio museo junto a Silvestre quien había trabajado para él el tiempo suficiente para que fuera considerado de la familia.  

 La obra de Felici aborda diferentes temas, la relación de familia que llevan los hermanos y las dinámicas que parecen encajar muy bien en el arquetipo de los hermanos, más allá de los países o las similitudes que tenemos como latinoamericanos la construcción de los personajes parece estar creada para que se pueda adaptar a cualquier país del mundo y siempre existiría este factor para que podamos ver reflejados a nosotros mismos o a personas que sean cercana. 

En este proyecto te transportan a Argentina y tiene que ver con que la historia está escrita con una persona que es de aquel país, pero también tiene que ver con un conjunto en el ambiente que nos hace dejar el teatro de la Ciudad de México para llevarnos al otro lado del hemisferio y dejarnos en un enero caluroso que sería impensable en nuestro país. En la función a la que fuimos invitado la comunidad argentina en México se hizo presente y se notaba una camaradería entre ellos que parecía acompañar los procesos de migración que son cada día más recurrentes, que dejan a un grupo de personas fuera de su país formando una red para acompañarse en un país lejano.

Pero en la dramaturgia de Felici no solo nos habla de la nostalgia y las relaciones familiares cómo si se trataran de una familia perfecta, a lo largo de las escenas podemos ir viendo cómo es que los personajes trazan una historia llena de matices que los vuelven humanos, cometiendo errores que parecerían poco creíbles para la ficción pero que parecen ser muy sensatos cuando analizamos a las personas a nuestro alrededor o cuando miramos a los espectadores reír un momento que parece incómodo para evitar darnos cuenta de un asunto de gravedad. 

En la función de estreno del día 24 de abril la actriz Maya Zapata fue la encargada de amadrinar esta temporada de Cazar Comadrejas, misma que se estará presentando los miércoles a las 20:30 horas en el Círculo Teatral hasta el próximo 29 de mayo.