Corruptocracia
¡Qué difícil es hacer un pinche trámite! —He escuchado decir a mi papá un montón de veces— y por eso siempre lleva dos copias de todo, además del original. Siempre se llega dos horas antes de la cita acompañado de dos plumas negras, dos azules y una roja, carga también con una copia enmicada de su RFC solo por si las dudas. Aún así ha tenido que regresar a hacer trámites más de una vez, porque siempre hay algo que falta… una copia, un nuevo formato o claro ¡la mordida! Ese dinerito extra que hace que las copias y las plumas de tres colores pasen a segundo término.
La mordida es ese término tan coloquial que se la ha dado al soborno, es a esa forma discreta de pedir una ayuda para agilizar cualquier trámite, pero que como está mal lo buscan de una forma discreta y casi elegante. Un saludo con la mano y la entrega del dinero, un billete escurridizo que se pegó entre los papeles del trámite o la bolsa llena de efectivo que recibe la delegación como “propina”, hay un montón de formas para entregarla y se ha convertido en parte de la rutina de muchas personas.
Corruptocracia es la historia de un ejido que en su necesidad de buscar un permiso para cavar en el subsuelo y obtener agua para regar sus plantíos terminan por exponer la cadena de mordidas que van arrojando esos dinosaurios gubernamentales, que lejos de ser unos fósiles que no ven otra manera de resolver las situaciones, están pensando en obtener sus mordidas para seguir creciendo en la política.
La obra escrita por Felipe Villareal deja ver la corrupción que existe y cómo es que se va haciendo más grande mientras más se va avanzando, en este montaje cada uno de los personajes que representan la corrupción es representado con figuras de dinosaurios que se van haciendo más grandes, mientras más poder tienen y que nos deja ver como la comida de uno son las sobras de otro, de manera literal pues la comida forma parte de la representación e incluso cuentan con una relación entre aquellas sobra y el “hueso” que persiguen los políticos en sus carreras.
Las actuaciones de Karla Caridad Gómez y Emmanuel Pichardo sacan las risas del público en un tema que es incómodo pero que podemos sentir cómo nuestro, por el día a día que vivimos en la ciudad, pero no solo aquí seguro es un tema que se vive por lo menos en todo el país, eso crea una empatía con los espectadores que se refleja en la participación que muestran durante la obra, algunos murmullos que dejan ver que situaciones así son reales, aunque no se llegue a mencionar el nombre de alguna persona que sea real.
El montaje dirigido por Alberto Ontiveros se siente cómo una obra de cabaret por el ritmo, la escenografía, la actuación de los artistas y esto facilita mucho el entretenimiento de los espectadores pues todos los elementos se conjuntan para meternos de lleno en la ficción de la obra, por el espacio escénico en el que se presentan las butacas están acomodadas de frente a los artistas y esto crea una cercanía que invita a la participación en la obra.
Corruptocracia se estará presentando en la Sala Novo del Teatro La Capilla hasta el próximo miércoles 31 de mayo con una función a las 20:00 horas. Así que no te pierdas la oportunidad de asistir a esta obra y sigue a la compañía Gorguz Teatro en Instagram como @Cia.gorguzteatro en Facebook cómo Cía. Gorguz Teatro y en Twitter@GorguzTeatro.