El deseo de Tomás
Bailar tiene distintos significados, para la RAE es “ejecutar movimientos acompasados con el cuerpo, brazos y pies” y “retozar de gozo”. Para Tomás el baile es una forma en que se expresa con su cuerpo es una actividad que lo libera de las obligaciones que su padre quiere heredarle y también se convierte en la elección que toma para hacer escuchar su voz.
Este es un proyecto creado por la compañía La crisálida con una dramaturgia de Berta Hiriart. El deseo de Tomás nos cuenta la historia de un niño que acaba de cumplir 10 años y descubre en la danza su vocación —después de ver a bailar a su hermana en sus clases de danza—, pero su padre y su abuelo no creen que esto sea adecuado para él pues debe de cumplir con lo que se ha pensado para su futuro —trabajar en la tienda de su papá— aunque esto no sea lo que le entusiasma.
En el escenario podemos ver a los padres de Tomás y Ana —la hermana mayor, interpretada por Ammi Villanova — representados por títeres, este elemento es utilizado para no eclipsar la aparición de los niños —quienes nos están contando esta historia—que son los protagonistas de la historia, de esta forma se aborda la perspectiva de los más jóvenes. Los actores Elisa Fernández y Jesús Jardínez son los encargados de darle vida a las marionetas y es con su voz que nos logran transmitir las emociones de estos personajes.
Juan Manuel Aparicio es quién nos muestra a Tomás en esta producción y su actuación te hace olvidar que realmente tiene más años que el personaje pues lo presenta de una forma en que no hay una exageración infantilizada en su manera de hablar, se expresa con la inteligencia que tienen los niños de esa edad esto mismo podemos ver en las actuaciones de Villanova y Carlos Rangel.
Tanto las marionetas como la actuación del equipo son decisiones tomadas —de manera acertada— por la directora Arizbell Morel Díaz para lograr que en este hecho escénico los protagonistas tengan un acercamiento con sus espectadores ideales —que serían los niños— y no están hechos para agradar a sus padres. Aunque siendo honesto gracias a lo bien realizada que está todos la podamos disfrutar sin importar la edad que se tengas.
El deseo de Tomás formó parte de la 2da incubadora de proyectos teatrales del Teatro La Capilla —un programa que busca darle las herramientas necesarias a las compañías para poder montar su propuesta.