Los instrumentos ya están listos antes de la tercera llamada, las butacas se van llenando al ritmo de melodías como el acordeón, el rasgueo de cuerdas o hasta el apretón de una botella que se transforma en el peor dolor de espalda. La música, a cargo de Diego Santana, y las acciones de los y la intérprete en escena, nadan en sincronía en el mundo de Ernest & Bottom, obra escrita y dirigida por Geralldy Nájera.

Bottom guarda en un calcetín sus tesoros más valiosos provenientes del lugar más inmenso y desconocido por la humanidad: el mar. Sus objetos le permiten escuchar las olas y el viento que acompaña con una peculiar imitación de las gaviotas. Con un aspecto despreocupado y más empeñado en no descuidar que su desplazamiento en tierra sea fiel al de nadar bajo el agua, la rutina de Bottom, interpretado por Karim Torres, caracterizada por la simpleza de disfrutar de un pie descalzo y un gorro con la boca de un pez aferrado a su cabeza, se altera cuando un desconocido arriba a la habitación. 

Ernest, interpretado por Juan Cabello, es lo contrario a su nuevo compañero de cuarto, una bata elegante y un equipaje listo para combatir la suciedad y en especial un retrato que es su ancla a vida fuera de ese cuarto de descanso, un ancla que lo mantiene estancado en otra realidad y mismo que lo orilla, junto a Bottom, a localizar una meta en común: encontrar la salida a toda costa. 

Antes y durante la travesía de un encuentro de dos vidas totalmente opuestas, existe una persona que supervisa aquel barco: la enfermera, interpretada por Lucía Pardo, es la vigía encargada del orden, y de igual manera, desemboca los puntos más vulnerables para el surgimiento de una amistad, de la empatía con un simple cruce de miradas y del mejor baile de tango. 

Ernest & Bottom, refleja una posibilidad de encontrar la felicidad hasta el último momento de la vida, el valor de la compañía y, sobre todo, pone sobre la mesa una de tantas condiciones en las que, los y las adultas mayores viven a diario. La vejez no es una etapa que representa únicamente el retiro y la contemplación de una vida que pasó. El envejecimiento también puede traer nuevas aventuras, puede significar desprendimiento en soledad o en compañía, puede haber peleas de almohadas y grandes olas para navegar. 

El Domingo 27 de junio, 4 y 11 de julio, a las 12:30hrs en el Teatro Milán Foro Lucerna, la función es presencial y puedes adquirir tus boletos en taquilla o ticketmaster.