El verdadero arte del teatro está en revelar la belleza de lo ordinario.-Peter Brook

Un año lleno de magia y de viajes gracias al teatro mexicano y aquí traemos el top 10 de obras que nos hicieron volar, reír, llorar, sorprendernos y jugar. 

Desde el emblemático Palacio de Bellas Artes pasando por el CENART, el teatro la Capilla y hasta el sótano del Teatro Julio Castillo, descubrimos que el teatro puede vivir en cualquier rincón y revelarnos secretos.

  • Los empeños de una casa. Fue una obra de las favoritas entre las premiaciones de teatro y no fue sorpresa por la calidad de todos los elementos que la caracterizaban: vestuario, escenografía, música y actuaciones estaban perfectamente complementados y al momento de ser espectador, te convertías en parte de la puesta en escena cantando con ellos.
  • Errantes: Viaje a la memoria. Un homenaje al viaje de la vida y la muerte. Este espectáculo de danza teatro llevó al espectador en un viaje entre la vida y la muerte, algo con lo que todos estamos relacionados y que es inherente al teatro. A través de una poética visual la puesta en escena explora la fragilidad de la vida humana, pone en juego elementos fantásticos que hacen volar la imaginación del espectador viendo la partida de un ser querido desde una perspectiva de luz. 
  • La Gaviota. Este texto de Antón Chéjov regreso a recordarnos que los clásicos nunca mueren y siempre regresan con algo nuevo que decirnos. ¿Qué estamos dispuestos a hacer para alcanzar el éxito? 
  • Cachorro de León. Dicen que el teatro es un espejo, y que acudimos al teatro para vernos reflejados en él. Este texto hace exactamente eso. Conchi León retrato en esta puesta en escena la difícil relación que tenía con su padre, con su familia, y con ello retrató la vida de muchas familias “muégano” mexicanas. Un texto doloroso pero necesario ante la indiferencia que se vive en muchas familias mexicanas ante frases como “la ropa sucia se lava en casa”.
  • Yo Marcos. Una obra que nos muestra un viaje de regreso al origen. La historia de una de las imágenes más reconocidas, admirada y famosas en el arte y en México. Una puesta en escena para descubrir los secretos detrás de esta imagen y para nombrar a quien se le negó ese derecho. 
  • Momma. Una puesta en escena que nos mostró otra forma de contar una historia. ¿Cuántos sonidos son parte de tu historia? ¿Cuántas bocas han pronunciado tu nombre? 
  • Ricitos de oro no habla alemán. Salir de casa, perderse, encontrarse, volverse a perder hasta encontrar su lugar en el mundo. Viviendo con osos y desde el sótano del Teatro Julio Castillo, Ricitos de Oro cuenta su propia historia.
  • ZM: El musical. Zombies hambrientos, una crisis donde todos buscan encontrar al responsable de la hamburguesa contaminada culpable del desastre. La creatividad, las grandes voces y el vestuario hacen de este musical algo inolvidable.
  • Alphonse. Este texto de Wajdi Mouawad regresó a la escena mexicana para llevarnos a un viaje por la infancia, donde la imaginación y la unión nos recuerdan la magia de ser niños. La obra nos muestra la importancia de la conexión que ocurre en escena dando como resultado un hermoso movimiento escénico. 
  • Carne de Cañón. Una obra que llegó para replantearnos y cuestionarnos el ser mujer y todo lo que rodea a la feminidad. Cuatro mujeres, un ritual prohibido y un libro de la única comunidad matriarcal en el mundo.