Hay momentos en la naturaleza se hace presente en medio de la ciudad y puedes ver a una ardilla subiendo a los árboles en medio de una calle llena de autos y después se mezcla entre el paisaje de la ciudad, corre entre los cables que llevan de un poste a otro para seguir buscando su espacio de calma para poder comer sus alimentos o aquella mariposa que vuela entre los parques que hay en la ciudad y después se para en uno de los balcones que tienen los edificios de esa avenida que tantas personas recorren día a día. 

Ver esos pequeños guiños de la naturaleza es recordar que solo somos una especie de muchas que habitan este planeta y que no importa el tamaño que tengas todos tenemos un espacio aquí, todos vamos buscando ese lugar tranquilo donde nos podemos expresar para sentirnos parte del entorno, para quitarnos el camuflaje y poder ser nosotros mismos; Eso es lo que vemos en Tesili una propuesta escénica en la que los más pequeños pueden encontrar un refugio para ser ellos mismos sin limitarse. 

Muchas veces vemos espectáculos infantiles donde los papás tratan de contener a sus hijos, pidiendo que observen que se sienten, que no pregunten y se mantengan en silencio, porque es una falta de respeto, pero ¿Acaso no es una falta de respeto aún mayor pedirle a un niño, que deje de ser un niño?  El teatro debe de adaptarse a las infancias y no las infancias al teatro, porque las obras para ir a sentarse y poner atención rigurosa las podrán ver después, pero las preguntas que callen no van a volver a enunciarse. 

Silenciar sus voces desde temprana edad solo es crear un auditorio que no cuestiona, que ve el escenario como una dictadura de la que solo el director puede tener la razón, es no creer en tu proyecto, como para contestar las dudas más genuinas de los niños respecto a lo que están viendo en el escenario. Por eso en Tesili desde antes de que este proyecto empiece la indicación para los papás es que dejen ser a los niños, que les den la libertad de expresarse.

La historia que sucede tiene un significado diferente para cada uno de los espectadores para los que va dirigido el proyecto, mientras para algunas niñas en la función eran dos orugas que estaban jugando, para otra podía ser el descubrimiento de su ser, incluso los movimientos que podían parecer más obvios para la dirección pueden tener un significado distinto para el público al que va dirigida esta puesta y lo mejor es que existe una interacción con sus espectadores, pues al terminar la función se les invita a pasar al escenario a interactuar con estar orugas que ahora conversan una a una. 

Nos hace falta recordar mucho de ese valor que teníamos cuando niños para preguntar porque sucede cada una de las cosas y cómo es que las perciben. El proyecto que encabezan Totzil Abril de Dios y Katia Castañeda se merece los aplausos, por un proyecto en el que las infancias pueden encontrarse en un espacio donde van a ser libres y dónde van a poder seguir siendo los niños que son mientras disfrutan de un espectáculo pensado para ellos. Podría enumerar una a una las características de este proyecto, pero sería más valioso que las infancias sean quienes decidan si les gusta o no. Tesili está pensada para espectadores desde los 0 años y se presentará en el Foro Doble Nueve el sábado 12 de noviembre y el domingo 13 en el Teatro Soñario ambas funciones a las 13:00 hrs.