Oraculeras: llega al final de su temporada
El espectáculo de cabaret LGBTIQ+ cierra temporada en el Foro A Poco No
Después de tres años de presentaciones alrededor de la Ciudad de México, el show de cabaret Oraculeras, protagonizado y dirigido por Sergio Carazo Cardona y César Chagolla, con la colaboración de Alberto Cerz, llega a sus últimas funciones. El espectáculo se presentó durante el ciclo Entre Lenchas, Vestidas y Musculocas en el Foro A Poco No, del 6 al 16 de junio de 2024.
A través de historias populares sobre la mitología griega, versiones de canciones pop que abordan temas de violencia y “drag explaining”, Cassandrag (Sergio Carazo) y Alexandrag (César Chagolla) se presentan como un dúo de pitonisas griegas. Durante una hora y media, te harán reír y reflexionar sobre los problemas políticos y sociales que han afectado a las personalidades LGBTIQ+ a lo largo de la historia.
Este musical travesti, que enfrenta su última temporada, ofrece una visión fresca y cómica sobre las dinámicas violentas que enfrentan las personas feminizadas, desde una perspectiva ajena al privilegio patriarcal. Con canciones dignas de Broadway, lecciones sobre la historia trans y satíricas alusiones a la situación social en México, Alexandrag y Cassandrag buscan un héroe travesti que atienda las problemáticas de la comunidad LGBTIQ+, porque “los héroes también pueden usar Bissú”.
A continuación, conozcamos más sobre esta desafiante producción a través de una entrevista con Sergio Carazo, quien da vida a Cassandrag y se desempeña también como guionista, productor y la mente maestra detrás de Oraculeras.
¿Cómo surge la idea de contar las problemáticas sobre violencia LGBTIQ+ a través de la mitología griega?
“De toda la vida he sido fan de la mitología griega, y justo cuando empiezo a sumergirme en estudios trans, en teoría del género, sobre las violencias, educación para la paz y todas estas corrientes del pensamiento y disciplinas de estudio, empiezo a entrar en conflicto justo porque estas historias que a mí me fascinaban me hicieron ver las problemáticas narrativas que hay dentro de ellas, y empiezo a vincularlas con las historias de violencia de mi vida, de vidas cercanas. Encontré que ese es el medio idóneo porque son historias que muchas personas conocemos, que tenemos cercanas, que son igual de cercanas —desgraciadamente— a las historias de violencia que vivimos”
¿Cómo ha recibido el público a Oraculeras?
“Oraculeras ha sido siempre un espacio de prueba y error, siendo un cabaret lo que tiene el género es que es muy flexible, muy dúctil. Ninguna de nuestras temporadas ha sido igual, siempre ha habido modificaciones, en la historia, en ajustes discursivos o chistes que de pronto no pegan y hay que reelaborar —o quitar de plano—. Las cosas que van pasando cen la vida social mexicana y que hay que ir modificando, pero éste es un texto que estuve pimponeando muchísimo con Alberto, que está en la parte visual del espectáculo, y con César, porque yo tenía mucho esta duda de repente de no saber si estaba contando cosas muy oscuras, o porque yo llevo estudiando 30 años el tema y de repente hablo de personajes como Ícaro y la gente no sabe quien es. Ahí es de pronto donde yo encontré con la ayuda de Alberto, y al final también con la retroalimentación de César, el mecanismo de que podíamos hilar o contar las cosas a modo de chisme.
Asimismo, nos platicó que que vuelven a contar la historia para dejar clara la referencia, y así empezar a jugar con ella. El reto, agregó no sólo es meter las referencias sino no evitar que se pierdan. “Por ejemplo, de pronto no encontramos risas con Lucía Méndez y es porque nos tocó un público muy muy joven o si metemos a La Rosalía y no se rieron porque son un público de cuarenta para arriba. Eso ha sido un poco más inestable, en cuanto a que la gente agarre las referencias que a los mitos”.
¿Cuál es el mito que más ha persistido a lo largo de las temporadas de Oraculeras?
Nos contaron que la historia que más fuerza ha tenido es la de Apolo, que en un principio aparecía al ser un oráculo y siendo pitonisas. Apolo estaba a cargo de la profecía y de los oráculos, pero al profundizar en el discurso en torno a las violencias se agregó una línea que fue un éxito en el público: “amiga date cuenta”. Así, los actores descubrieron que querían hablar más del tema de la violencia en pareja y la una inequidad de poderes.
Tomamos mucho la referencia del libro de Ovidio, “La metamorfosis” en donde la mitad de la gente en ese libro se vuelve planta, y esto nos sirvió como algo metafórico para hablar de las violencias y al final de todos está Apolo, quien tenía esta dinámica tan específica, más replicada, y a lo largo de las temporadas hemos ido profundizando sobre esa dinámica y cómo esa metáfora de volverse planta termina siendo una metáfora de distintos tipos de violencia y de la manifestación de la agresión sistémica.
¿Cómo han logrado mantener el proyecto entre tres personas?
Sergio Carazo habló de cómo el proceso creativo se lleva a cabo entre tres personas. Explicó del respeto que tienen por las funciones, por el equipo y por la creatividad de cada uno de los individuos. “De alguna forma me he vuelto la persona coordinadora del proyecto, entonces se me ha asignado de alguna forma el rol de coordinación. Para mí siempre ha sido muy importante que yo pienso en la dirección escénica como un acto totalmente patriarcal, este asunto de “Yo decido lo que vamos a hacer y todo mundo tiene que supeditarse, y poner su talento, y poner su trabajo a esto que yo dije que era mi discurso”. Ahondó en cómo la tarea de dirección, al menos en en la forma hegemónica, se lleva a cabo con una forma patriarcal, por lo que él trata de hacerlo distinto y confiar en el equipo con el que trabaja.
Confía en su creatividad, en su potencial, en su capacidad discursiva y en su trabajo; explicó.
Creo que lo que ha mantenido al grupo funcionando bien, tranquilo y haciendo que nos la pasemos bomba, tanto en el escenario como en el camerino, es que todas las decisiones se han tomado en conjunto, cuando hago algún ajuste en el texto siempre me acerco al equipo de trabajo, voy pimponeando todo el tiempo las ideas con el equipo. Y pues la verdad es que se ha dado un proceso bastante bastante horizontal, priorizando sobre todo a las personas, no es la idea de “sufrir por el arte”, de “todo mundo es dispensable”, no.
¿Qué es lo que podemos esperar del futuro de Oraculeras?
Sergio Carazo nos adelantó una posible modificación en el elenco.
Ahorita César tiene ganas de entrar a otro tipo de teatralidades, quiere explorar otros lenguajes, moverse por otras formas y otras elaboraciones escénicas. Y justo dentro de esta dinámica de “bueno prioricemos entonces al equipo de trabajo y sus necesidades” es que llegamos a esta conclusión, aunque tal vez regrese más adelante.
Lo que sigue para Oraculeras es un descanso, nos contó. Y con gran emoción combinada con nostalgia habló de que a pesar del cierre de telón de esta temporada, tiene una gran esperanza de que Oraculeras regrese aunque sea con un equipo reconfigurado, además de un texto con un nuevo tratamiento. En pocas palabras, dijo, llevar un Oraculeras 2 a nuevos escenarios. “Necesitamos escuchar también a las personas que lleguen, saber qué es lo que les interesa decir, qué es lo que les interesa comunicar, y a partir de eso reestructurar la historia, a los personajes y las narrativas” agregó.