Al puro estilo de su nuevo personaje, “The Rock” ha estado atrapado por años (en el infierno de producción). Ahora llega como un héroe inesperado en medio de una profunda crisis en Warner Bros. y DC Comics para sacudir el status quo

Black Adam es una película estadounidense de 2022 dirigida por Jaume Collet-Serra y protagonizada por Dwayne Johnson, Aldis Hodge, Pierce Brosnan y Sarah Shahi. Casi 5,000 años después de que se le fueran otorgados los poderes de los dioses -y encarcelado inmediatamente después- Black Adam es liberado de su tumba terrenal, listo para liberar su forma única de justicia sobre el mundo moderno. 

Collet-Serra hace su primer incursión en el mundo de los cómics y trae consigo todos los aciertos y errores de su filmografía. Sin lugar a dudas el director se esmeró por entregar una experiencia pasmosa que se sintiera en perfecta sincronía con el universo explosivo iniciado por Zack Snyder y al mismo tiempo el mundo mágico establecido por David F. Sandberg, lo cual no era tarea fácil. 

La presentación de la Sociedad de la Justicia de América es triunfal. Brosnan y Hodge traen la presencia necesaria al escenario mientras que Noah Centineo y Quintessa Swindell hacen del equipo una entidad dinámica con mucho territorio por explorar en el futuro. 

No obstante, el músico Lorne Balfe es quien realmente protagoniza la cinta. Su música bombástica aparece en casi todas las escenas de la película, lo cual obviamente resulta abrumador la mayoría del tiempo pero, en los momentos adecuados, eleva el drama con su descontrolada sección de metales. 

A la fecha de su lanzamiento, el filme cumple 15 años desde el anuncio de su desarrollo y el fichaje de Johnson como protagonista. Tuvo que pasar por muchísimo para poder llegar a las pantallas y esa exasperación se puede sentir completamente en el resultado final. La película está desesperada por explotar, golpear, entregar un espectáculo y presentar a su protagonista como una adición digna del panteón de DC Comics. 

Sin embargo, en esa desesperación se perdieron por completo cualquier sentido de ritmo o desarrollo de personajes. Una vez que inicia el viaje no se detiene ni por un segundo, ni siquiera para dejar respirar los momentos dramáticos, reposar la intensidad de las amenazas o explorar a profundidad los motivos de nuestros protagonistas. 

Estas fallas se hacen especialmente evidentes en los largos monólogos explicativos y en el tercer acto de la historia, donde pareciera que los guionistas estaban impacientes por cumplir todos los clichés existentes en cada película de superhéroes.
Aunque parecía casi imposible, Black Adam se adapta perfectamente al extraño Universo Extendido de DC al mismo tiempo que presenta una identidad propia. La película es todo lo que promete ser: un recorrido por una imponente montaña rusa llena de adrenalina y poder. Aunque sin mucha o nada de sustancia, la nueva cinta de Dwayne Johnson demuestra un innegable respeto por la mitología de DC Comics y por los fanáticos que hasta ahora habían sido ignorados sistemáticamente por Warner Bros.