Bones and All, una historia de amor encarnizada
Luca Guadagnino, director de Call Me by Your Name y del remake de Suspiria (2018), regresa junto a Timothée Chalamet y Taylor Russell en Bones and All, una historia de amor encarnizada. La cual, nos presenta a Lee y Maren, dos jóvenes marginados cuyos caminos se cruzan ante las crueles circunstancias que los unen, mismas que los harán desentrañar los demonios de su pasado y a enfrentar el abandono, la pérdida, y la aceptación de la identidad desde el refugio del amor.
La cinta es una adaptación de la novela homónima de la autora Camille DeAngelis, en donde el trabajo de Guadagnino sirve no sólo para tratar temas sumamente personales, sino para hablar de una problemática social común de los años 80 (que es más o menos la época en la que se desarrolla la historia) como el nulo entendimiento de las enfermedades mentales y la crisis de los jóvenes adolescentes ante una realidad desoladora y violenta.
En dicho contexto, la aparente tranquilidad de los primeros minutos se ve maquillada por una música misteriosa que da pistas del rumbo que tomará la historia durante las aproximadamente dos horas de su duración. El giro repentino del inicio provoca una sensación perturbadora que recuerda a los trabajos del director Ari Aster con Hereditary (2018) y Midsommar (2019), donde el diseño de audio toma un papel fundamental y donde la incomodidad predomina.
En este sentido, la cinta tiene como protagonista a Maren (Taylor Russell), quien, ante los problemas que la rodean, se ve obligada a vagar por el país en busca de su madre para encontrar respuestas sobre su pasado y comportamiento. Es en su recorrido donde ella se encontrará con Sully (Mark Rylance) y Lee (Timothée Chalamet), dos personajes que la entienden en profundidad, puesto que comparten una condición física muy particular que les provoca un hambre insaciable.
Sin duda, el aspecto más entrañable de la película es la relación entre Maren y Lee, dos personajes que sufren y que no tienen lugar en un mundo que los rechaza. El entendimiento de los mismos, sumado a la química palpable de los talentos, conmueve hasta las lágrimas por ser una amor poco convencional, el cual es potenciado por la ficción y los giros de la trama.
En cuanto a lo anterior, Maren y Lee hacen recordar a Alyssa y James de la serie The End of the F***ing World (2017), donde también se trata de una relación poco convencional de adolescentes, o jóvenes adultos, con traumas, aparentemente irreparables, los cuales son consecuencia de problemas familiares, depresión y en general de toda la violencia que los rodea.
Las actuaciones son sobresalientes, la historia es provocadora e interesante y su diseño de audio es la cereza del pastel, puesto que existe un acompañamiento constante de acordes de guitarra desafinados que acompañan los momentos perturbadores , así como los momentos de paz y tranquilidad. De igual forma, los visuales dejan imágenes hermosamente aterradoras que seguramente rondarán por internet en los próximos meses gracias a su epicidad.
Sin embargo, es pertinente mencionar la duración de la cinta, puesto que se siente algo larga para lo que cuenta. Da la sensación de que el último tramo de la obra se extiende para mostrar muchos detalles que podrían sentirse innecesarios, y justo cuando pareciera que la historia termina, aparece otra escena. Aunque, a su favor, puede decirse que el final se presta a la interpretación y eso es algo positivo porque puede dar pie a pláticas interesantes después de verla.
En líneas generales, Hasta los huesos es una gran película de amor/terror sumamente emotiva y perturbadora, en la que el director demuestra que no es alguien ajeno al género. Asimismo, va acompañado de una historia bastante disfrutable otorgada por la autora Camille DeAngelis, historia de la que pueden sacarse referencias inesperadas, reconocibles hasta para los fanáticos del anime, como la obra de Sui Ishida: Tokyo Ghoul (2014)
Sin más, tan pronto como se estrene, es una cinta súper recomendable para los fanáticos del terror o del género romántico que busquen algo distinto. Pero, eso sí, no le vendría mal una breve advertencia sobre escenas fuertes para aquellas personas que lo requieran.