Enferma de mí: amor, narcisismo y otras adicciones
La aclamada cinta del director Kristoffer Borgli llega este próximo ocho de junio a las salas de cine en México para encantar a aquellas personas amantes de las comedias anti-románticas. Con una sátira que gira en torno al amor narcisista en tiempos de redes sociales, Enferma de Mí es una película imperdible para quienes quieran deleitarse con una historia llena de situaciones bizarras sobre la deconstrucción del amor romántico y los extremos de la competición tóxica en las relaciones.
Esta cinta nos traslada a Noruega para conocer a Signe, una chica que lleva una vida aparentemente tranquila junto a su novio Thomas, un artista en ascenso de dicho país. La relación de estos dos comienza de una forma aparentemente inofensiva, hasta que llega un punto en el que conocemos las perversiones de ambos por querer ser el centro de atención en su círculo cercano, particularmente de Signe, quien cruzará un umbral bizarro para reclamar su protagonismo.
Es muy interesante la forma en la que la película gira en torno al tema del amor romántico y cómo usa la comedia, así como situaciones que bien podrían formar parte de una película de terror, para hablar de la toxicidad en las relaciones de pareja. De tal forma que estas resultan ser más complejas de lo que parecen llevando las cosas al absurdo, pero justo con el propósito de expresar el mundo que es cada persona cuando alguien decide compartir su vida con alguien más.
La relación de Signe y Thomas lleva las cosas al límite para plasmar esa sensación de incompletud que marca en gran parte la época de las posmodernidad. Signe es una protagonista con problemas que lucha por la atención de Thomas, pero él tampoco está exento de ello, está tan roto como ella y es justo ahí donde se encuentra la base de su amor, uno retorcido dentro del cual sólo ellos se entienden.
Con ello entra uno de los grandes temas de la cinta que es el narcisismo. La obsesión de Signe por tener el reconocimiento y la atención de su pareja se desencadena debido a un evento traumático que la coloca como una breve celebridad de Internet, esto despierta en ella una necesidad de atención que la orilla a consumir un medicamento ruso que le deforma el rostro al tiempo que ella aumenta su adicción por la sustancia.
De aquí que dicho tema sea tratado igual a partir de la sátira y de escenas absurdas que son producto de la imaginación de Signe, sobre hasta qué punto ella se siente como una estrella infravalorada en comparación a su pareja.
Los escenarios que ella crea sirven para acrecentar el problema de la historia, porque las cosas escalan a un punto ridículo que inevitablemente provoca risas y que incluso llega a confundir, en un buen sentido, sobre qué de lo que vemos en pantalla es real y qué es producto de la alocada imaginación de nuestra querida narcisista por excelencia.
Cabe destacar el trabajo de maquillaje sobre la rara enfermedad que aqueja a Signe producto de su adicción voluntaria a la droga rusa, es grotesco a ratos y marca la evolución de la protagonista con el pasar de los minutos al mostrar su verdadera personalidad.
El tramo final se siente un tanto apresurado porque desafortunadamente no hay un cierre para todos los personajes clave, pero tampoco es una cinta densa o cansada, trata temas de actualidad de una forma encantadora a su estilo, de tal manera que Kristine Kuath Thorp (Signe) regala a un personaje digno de recordar.
Con esto queda claro que Enferma de Mí es una obra para quienes quieran una dosis bizarra, divertida y atrevida de comedia anti-romántica. Es ideal para a quienes les gustó la serie de The End of the F***ing World (2017) y La peor persona del mundo (2021) por lo que ya es una obra imperdible de lo que va del año.