Homero Bueno debuta en la silla de director con Los Habitantes, una película sobre el trauma y los fantasmas del pasado. Con tonos fríos y ubicada en el norte de México, esta es una historia que busca enganchar a partir del misterio y las situaciones de estrés que atraviesa el protagonista.  

El género del terror causa expectativa por las emociones que uno como espectador puede experimentar en la sala de cine. Emociones que van acompañadas por un sentimiento de adrenalina y ansiedad que no resulta apto para todo el público. 

Esto es algo que la cinta de Homero Bueno intenta plasmar con su protagonista Emiliano, interpretado por Jorge Luis Moreno, un exitoso profesionista de la construcción quien, después de un misterioso accidente automovilístico, regresa a Monterrey para empezar una nueva vida. Sin embargo, su objetivo se ve trastocado al momento en el que Emiliano tiene que lidiar con insomnio y eventos paranormales que lo hacen dudar de su propia cordura. 


De entrada, esta película cuenta con un diseño de producción muy bien cuidado que coloca al protagonista como alguien adinerado. Los visuales retratan una casa que recuerda a la  Habitación del Pánico (2002) por lo agradable que es a la vista y por el sistema de seguridad que bloquea entradas o cortinas de forma automática para dar la sensación de que hay algo detrás de esos elementos que serán importantes para el desarrollo de la historia.

De aquí deriva igualmente que los colores de la obra sean primordialmente de tonos fríos, algo que mete de lleno a la atmósfera de que es una cinta de terror, por lo que en este apartado va a lo seguro y cumple su cometido de tener una buena ambientación. Algo similar sucede con el diseño de audio, tiene efectos de sonido muy bien cuidados que resultan satisfactorios al momento de escucharlos.

Desafortunadamente en cuanto a la música la película trabaja sobre clichés clásicos de las cintas de este género, con cuerdas estridentes y saturadas que se repiten de forma constante y que no aportan mucho para la generación de la tensión porque es algo predecible. Pero, a su favor está también la variación de melodías más calmadas y de misterio similares al soundtrack del videojuego Alan Wake (2010).

La película cuenta con un elenco conformado también por Estefanía Hinojosa, quien interpreta  a Nina, la esposa de Emiliano; y la primera actriz Angélica Aragón quien tiene un papel importante en el rol de la madre del protagonista. 

A grandes rasgos, la historia de los habitantes nos lleva por un camino empedrado que radica en descubrir el misterio detrás de las aparentes alucinaciones de Emiliano, puesto que hay un lapso vacío de casi 5 años que él no recuerda haber vivido. 

La premisa es interesante porque se siente un intento genuino  por querer salirse de la temática paranormal tradicional en la que una familia se ve atormentada por espectros peligrosos, en específico el personaje principal, y por querer llevar la historia más al terreno del misterio y el thriller. Pero esto se diluye por la duración de la obra, debido a que hay situaciones o incluso personajes que no aportan en nada y que extienden la historia de forma innecesaria.

Asimismo, la justificación detrás del misterio de las apariciones y del accidente de Emiliano no resulta satisfactoria e incluso puede caer en la comedia involuntaria porque no se siente que vaya a la par del dramatismo y de la desesperación que marca el resto de la película. 

Los Habitantes es una cinta que técnicamente cumple con la ambientación de una película de terror, pero que en cuanto a su historia deja mucho terreno por cubrir ya que no se siente que cumpla en su resolución. Queda esperar por ver lo que viene para el director y el elenco, así como para una propuesta en la que cabe destacar el esfuerzo por desarrollar historias de este estilo en otras partes del país como lo es en este caso Monterrey.