Nuestras Madres
Nuestras Madres (2019), se presenta en el ciclo de cine Talento emergente de la Cineteca Nacional. Un filme de César Díaz basado en hechos reales, presentado en el Festival de Cannes, ganador de los premios Caméra d’Or (Mejor Ópera Prima) y el Premio de la Sociedad de Autores. Es un golpe conmovedor de realidad que no te puedes perder.
Ernesto (Armando Espitia) es un joven antropólogo que trabaja en la Fundación Forense de Guatemala, con la labor de desenterrar los restos de cientos de desaparecidos, luego de 30 años del movimiento militar de su país que incluía bombardeos y luchas entre militares, civiles y guerrilleros. Es entonces cuando Ernesto conoce a Nicolasa (Aurelia Caal), quien le pide ayuda para desenterrar el cuerpo de su esposo. Nicolasa le cuenta su historia y le muestra una fotografía de su difunto junto a algunos guerrilleros, donde el protagonista cree reconocer a su propio padre.
Empeñado en encontrar los restos de su padre junto a los del difunto de la viuda, acude con ella a su pueblo en un intento de encontrar y desenterrar a ambos hombres, pero no le es posible pues la propiedad donde se encuentran los cuerpos es privada. Molesto y frustrado, Ernesto se ve obligado a ayudar a las mujeres del pueblo para recopilar sus testimonios y buscar también a sus desaparecidos.
Es entonces cuando nos encontramos con la que podría ser la escena más conmovedora en el filme. En menos de un minuto, el director logra mostrar las expresiones de las mujeres reales de está historia, mujeres que además de buscar a sus difuntos, buscan absolución propia y una tumba digna para sus esposos, solo un lugar para poder rezarles.
El protagonista vuelve a su ciudad para continuar con su trabajo, pero recibe una noticia inesperada: su padre ha sido encontrado en las fosas del cementerio de la ciudad. Hacia el final de la película, el personaje se encontrará con aún más revelaciones que lo acercarán a entenderse a sí mismo y a su tarea, como una de las más importantes para aquellos que aún tienen esperanza en encontrar a sus muertos y sobretodo, esperanza de poder tener un lugar en donde descansen en paz.
Nuestras Madres, será un referente de la historia de Guatemala, pero es una situación con la que varios países latinoamericanos se pueden identificar fácilmente. César Díaz, logra plasmar un grito desesperado de vivir nuestro dolor en paz, de una bella manera y sin caer en lo sensacionalista.
“Aunque los muertos ya están muertos”, los vivos necesitan un lugar para reencontrarse con sus seres queridos, un lugar para dejar de sentir el vacío.